Capítulo 14 Gracias, alfa, por salvar a la princesa
Eros se sobresaltó al encontrarse con esos ojos oscuros, y comprendió que él era el culpable de que los ojos mágicos que lo habían cautivado la primera vez que se encontraron ahora hubieran desaparecido. Hizo un esfuerzo por incorporarse, pues no deseaba incomodarla ni entrar en conflicto con ella. Percibió claramente el odio que ella sentía hacia él y estaba decidido a evitar complicar aún más la situación entre ambos.
Eos se encontraba cómoda en las piernas del alfa cuando percibió el suave movimiento de este al levantarse. Fue entonces cuando vio a su madre cerca. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras pronunciaba.
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