Capítulo 8 Valeria
Capitulo VIII Valeria
Varios días después….
Era viernes por la tarde, Se había saltado el almuerzo, dentro de poco estaría en casa, ya que mis deberes terminaban en un par de horas más tarde.
Así fue y sin contratiempos llegué a casa, me sentía con mucho ánimo por lo que le dije a Sofí apenas entre a casa
—Necesitamos hacer un pastel exquisito para nosotras tres y poner a prueba nuestro magnífico horno una vez más.
— ¿Quieres hacer un pastel? Pregunto Sofí
—Sí, es muy divertido —respondí—. Tenemos una piña muy madura en la cocina y lo podemos hacer para celebrar la mejoría en los últimos exámenes de nuestra mamá
— ¿Pastel de piña? Pues tendrás que decirme lo que hay que hacer, todavía no manejo muy bien esa receta
—Es muy fácil —afirmó Valeria mientras se dirigía hacia la cocina.
— Déjame invitar a mami, y lo haremos entre las tres, dijo Sofí
— Está bien
No hizo falta buscar a mama, al escuchar las voces se asomó a la cocina
— ¿Qué pasa aquí, cuál es la algarabía?
—Haremos un pastel de esos que tanto te gustan, decorados con ruedas de piña y le pondremos guindas— le dijo Sofí —Hoy vamos a celebrar que estas mejor
Nos divertimos mucho rebuscando en los armarios todo lo que necesitábamos para preparar el pastel. Una vez lo tuvimos todo, coloque a sofí a batir la margarina hasta que estuviera cremosa, después le dije que agregara poco a poco el azúcar hasta que se disolviera y agregara las yemas de huevos unan por una hasta que se mezcle bien y que guardara las claras para usarlas luego.
— Y yo que hago chicas — pregunto mami
—Mami, ¿Quieres encargarte de la piña? Ya le quité la concha, puedes rebanarlas yo haré el caramelo y tendré listo lo demás
—Claro que si mis niñas!
Estuvimos conversando, y contándonos las novedades del día, es un día de fiesta, hace cuatro días llevamos a mami a hacerse sus exámenes de laboratorio e imágenes y tenían muy buen aspecto, ayer la llevamos a consulta con todos los resultados, y el médico, nos dio buenas noticias, la tumoración había bajado de seguir así al completar los ciclos de quimioterapia planificada, mama iba a cirugía.
¡Eso había que celebrarlo, y lo vamos a hacer con el pastel favorito de mama!
Yo crucé la cocina y abrí la puerta del horno para introducir ya la mezcla del pastel para cerrar el horno
Nos acomodamos en una pequeña mesa que había en la cocina, para tomarnos un café. Es un buen día, ya que había buenas noticias
Pasados los 45 minutos aproximadamente el pastel tenía un aspecto delicioso y me moría de ganas por comerme un pedazo, pero había que esperar se enfriara un poco y colocarla sobre un plato.
Mama se veía muy contenta, sabíamos que siempre se sentía cansada pero estaba complaciéndonos en nuestra celebración de la noche del viernes.
Mami nunca se quejaba, siempre trataba de dar lo mejor de si misma y estar de buen ánimo, sin dura es admirable.
Hija, ve y te bañas mientras el pastel se enfría, se nota que quieres comértelo, pero sabes que caliente no sabe igual, sonríe.
—Voy, no comiencen si mi ya vengo, un rato más tarde regreso a la cocina, ya tenemos el pastel en la mesa
Nos sentamos y comenzamos a comer
—. ¡Vaya! ¡Está buenísimo! ¿Mama tú le enseñaste a Valeria esta receta? Dice Sofí
—Me enseñó mi papá. Mi abuela tenía cientos de recetas almacenadas en la cabeza. Decía que algún día las escribiría todas, solo me enseño algunas, y yo te enseño a ti Sofí, papi cocinaba muy bien y hacia unos deliciosos postres y pasteles
Se puso nostálgico el ambiente, mama recordando a su querido compañero, Sofía extrañando todo lo que no compartió con papa y yo agradeciendo el tiempo compartido.
—Papi y yo hacíamos este pastel para mami, dice que así la enamoro—
—Él decía eso, pero lo que me enamoro fueron sus detalles, siempre tenía alguno, y nunca faltaba una alabanza, él decía que era la mujer más hermosa que había conocido, me lo dijo desde el primer día, yo pensaba que era un acosador, veníamos de pie en el autobús y se atrevió a decírmelo sin conocernos todavía.
—Supuse que era un hombre sin escrúpulos, un abusador pues, me asuste un poco, se desocupó un puesto y él me lo guardo, me sentí y se quedó a mi lado, desde ese momento siempre nos encontramos en el autobús y trataba de hablar conmigo, así estuvimos durante un buen tiempo.
—Me encanta esa historia, no me canso de escucharla, mi papá no tenía nada de tímido y mama es súper tímida.
Sin embargo, experimentó una oleada de tristeza porque el pasado tenía el poder de ponerlas triste, aunque fue hermoso.
—Hubo una semana que no apareció, eso me intranquilizo, estaba acostumbrada a verlo a diario, y sentí temor le pasara algo o estuviera enfermo —Me había dicho que estaba solo en la ciudad, vino a buscar trabajo.
—Fue una semana inquieta, no sabía en ese entonces que podíamos llegar a algo serio, pero lo extrañe muchísimo, dos semanas después volvió aparecer y tuve que preguntarle qué había pasado
—Que te dijo mama— pregunto Sofí
—Le habían dado dos semanas de vacaciones, no me dijo a ver cómo me ponía yo, si lo extrañaba, era un descarado, ese día me invito a tomar un café, nos bajábamos en la misma parada
—¿Aceptaste? Pregunte
—Pues claro, ya en ese entonces me había comenzado a sentir atraída, no les dije que lo extrañe muchísimo.
—y así seguimos en la segunda fase, yo era muy lenta y él iba a mi ritmo, solo tomamos café durante otros meses más, — mami sonríe recordando
—Después de eso me invito a salir, le había comentado que me gustaban los zoológicos y me invito a un paseo a uno que estaba cerca, preparo todo para hacerme sentir a gusto
Hijas su padre era un buen hombre, extraordinario, respetuoso y una vez me dijo que desde el principio sabía que yo era la mujer adecuada para él.
Me enamoro con su dulzura y paciencia, y con el paso del tiempo me enamoraba más, veían sus detalles diarios, su comportamiento cuando ustedes nacieron, como se portaba con mi mamá y su propia familia y eso es lo que quiero para ustedes, un amor bonito y espontaneo
En ese momento, mi teléfono empezó a sonar. Miré la pantalla y vi que se trataba de Dubois. Me llevé un dedo a los labios antes de aceptar la llamada.
—Buenas noches, Señor Dubois.
—Buenas noches, necesito el archivo sobre el que estábamos trabajando, no lo encuentro
—Lo dejé en su escritorio, Señor Dubois, en una carpeta azul
—Ahora mismo no lo consigo y debo revisar—
—Tengo la copia en mi computador ahora mismo voy para allá
—La envió a buscar ahora mismo con mi chofer, mañana tengo el día libre debo resolver hoy mismo
—Está bien, estaré lista
—Pasa en media hora, pendiente— me dice y cuelga
Dejo el teléfono, y lamento que se haya acabado la amena charla,
—Mami, Sofí tengo que ir a la empresa, Dubois enviará su chofer, debo resolver lo de ese informe
—Anda tranquila hija, y llévale un pedazo de pastel a ese pobre hombre
— ¡Hay mami! Ese hombre no es de esos, está acostumbrado a lo bueno,
—Me estás diciendo que este pastel no es bueno— dice mi inocente mama— ya te lo envuelvo y otro para el chofer
—Está bien mami, veré como hago— aunque no lo pienso hacer ni loca
—Ya te preparo todo, vete a arreglar—
Tiempo después escuchó la llamada del chofer en mi teléfono, le respondió y me preparo para salir, mama me da el pastel bien arreglado, me dice que coloco algo rápido de comida y pastel para el chofer, el guardaespaldas y Dubois.
Bueno que se le hace, no puedo defraudarla, no hoy que estamos celebrando