Capítulo 54 Maldición
Angélica ayudó a Joaquín a abrocharse el cinturón de seguridad después de que subieran al coche. Respiró hondo antes de activar el motor del coche. Eran las tres de la tarde y el sol brillaba con fuerza sobre ellos. Angélica dio marcha atrás al coche antes de salir a la carretera.
En ese momento, Joaquín, que se creía borracho, se sentó de repente. Dijo con una sonrisa de satisfacción:
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