Capítulo 387 Unas gotas de sangre
Al mirar su reloj, se sorprendió al ver que ya casi era de tarde. Asintió y dijo: “El tiempo aquí es igual que afuera”.
Finalmente, Aiden llegó a un lugar que irradiaba un aura verde. Frente a él había una cueva, de donde emanaba esa energía.
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