Capítulo 28 No solo un amigo
Chase soltó una risa suave. Lo sabía: cada vez que Henry aparecía, Wendy siempre dejaba lo que estuviera haciendo. Curiosamente, eso le daba cierta satisfacción. ¿Dejar que Henry presenciara ese beso? Eso debía doler.
Henry miró primero a Chase, dudó un instante, luego se acercó a Wendy y dijo, con aire lastimero: “Escuché que saliste a beber por trabajo, así que te preparé algo para la resaca. No esperaba que… Chase también estuviera aquí cuidándote”.
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