Capítulo 20 No eres mi invitado

Había soñado con vivir en un lugar así cuando era niño. Él y sus primos iban caminando por los vecindarios, eligiendo qué casa les pertenecería y exactamente qué autos estarían estacionados en el camino de entrada. Sus sueños se habían desviado mucho desde entonces. Ahora vivía en el último piso de un enorme complejo, sin jardín a la vista. Se sentó en su auto, pensando con nostalgia que sería bueno tener un jardín. El lugar de ella era demasiado pequeño para su gusto, pero la idea de un patio era muy atractiva. Si el niño realmente resultaba ser suyo, comenzaría a buscar una propiedad para construir una bonita casa. Demonios, incluso si el chico no resultaba ser suyo, iba a empezar a buscar. Era hora de tener un poco de tierra y tal vez algunos caballos y otros animales deambulando.