Capítulo 187 Sigue cavando
En ese momento, nadie parecía notar el ceño fruncido de Willy. Su rostro estaba tenso, como si algo lo estuviera molestando profundamente.
Justo cuando el grupo estaba a punto de subir a sus autos, Rosalie vio a su hija abriendo la puerta de su auto por su cuenta. Se detuvo, con una expresión de desagrado en su rostro, y preguntó: "Oye, ¿dónde está ese mocoso, Lucas? Celly, ¿viniste aquí manejando por tu cuenta?"
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