Capítulo 511 No puedo aceptarla
—¡Ah! —Odessa hizo caso omiso de sus propias heridas y se arrojó a los brazos de Benjamín, sollozando sin control—. ¡Ben, hijo mío! ¿Cómo has podido hacer esto? ¿Cómo has podido hacerte daño? Eres el Alfa de la Manada Medianoche. Si algo te sucede, ¿qué será de nuestra gente?
Benjamín, agarrándose la herida, tenía las venas hinchadas en la cara, los ojos inyectados en sangre y llenos de agonía. Sin embargo, apretando los dientes, se las arregló para hablar.
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