Capítulo 7 Me están investigando
Perspectiva de Hayley
Benjamín estaba insatisfecho y deseoso de revancha. Sin embargo, no me interesaba seguirle la corriente. Al fin y al cabo, el resultado sería quizás el mismo, no importa cuántas veces compitiéramos.
—Lo siento. No tengo tiempo para otra ronda —dije con una sonrisa.
Dejándome caer el casco, me acerqué a Thomas y le ordené:
—Llévame de vuelta, por favor.
—Claro, Alfa —respondió en voz baja y con respeto, precavido para que los demás no descubrieran mi verdadera identidad.
…
De vuelta a la residencia de los Southwell, tras asegurar un rápido pago de 750 mil, me instalé en un sueño satisfecho. A la mañana siguiente, me puse un sencillo disfraz y una peluca y encontré la casa llena de actividad.
Todos estaban allí excepto Benjamín, todos discutiendo la carrera de anoche.
—Fíjate en esta foto: no sólo es guapa, ¡también tiene una habilidad increíble para las carreras! Ya veo por qué Ben perdió contra ella —decía Henry, muy impresionado.
—Es impresionante, y ese físico sería perfecto para nuestra línea de moda —añadió Tanner, el tercer hermano y fundador de una empresa de ropa.
—Una cara como la suya pertenece a la industria del entretenimiento —se lamentó Christopher, el actor y cuarto hermano.
—Anoche olvidé preguntarle su nombre, pero Ben ya la está investigando. Deberíamos saber algo pronto.
Oír sus alabanzas me llenaba de satisfacción, pero me preguntaba cuál sería su reacción si supieran que esa increíble corredora era la misma Omega a la que despreciaban: yo. Imaginar su sorpresa me divertía, pero no tenía intención de dejarlos ver mi verdadero yo.
Al bajar al comedor, sus rostros se torcieron de desdén en cuanto me vieron, y su conversación se interrumpió con brusquedad. No pude evitar sonreír para mis adentros, agradecida por mis dotes de maquilladora. Si lo supieran, se habrían enamorado de mí.
Después del desayuno, sonó el teléfono. Era Thomas, mi Beta.
«Alfa, ¿puedes creerlo? Henry es tan desvergonzado. Él en realidad pagó para obtener tus datos de contacto de mí. Nunca adivinaría que el Alfa de la Manada Sombra que busca vive delante de sus narices, y está por encima de él. Además, Benjamín también está a la caza. Alfa, es posible que desee tener cuidado».
Me limité a sonreír, preguntándome si Benjamín tenía en realidad lo que hay que tener para encontrarme. Era viernes y Benjamín tenía que recogerme para ir al colegio. Cabalgábamos en silencio. Luego, al terminar las clases, Henry pareció seguirme.
—¿Por qué me sigues? —Pregunté.
Henry se burló:
—No seas ilusa. Maddie ha vuelto, está con mi hermano mayor. Voy a verla.
¿Maddie? No me sonaba ese nombre. Al ver mi mirada de desconcierto, Henry añadió con alegría:
—Maddie creció con nosotros. Su padre es el Beta del abuelo, así que siempre hemos estado muy unidos. Lleva 2 años estudiando en el extranjero y acaba de volver.
Parecía que Henry en realidad admiraba a Maddie. A los hermanos les podía gustar quien quisieran, a mí me daba igual. Caminé hasta la puerta de la escuela. Allí vi a Maddie, sentada en el asiento del copiloto, vestida con elegancia, con el cabello ondulado y la cara maquillada a la perfección.
Maddie saludó cordialmente a Henry y luego se volvió hacia mí.
—Tú debes de ser Hayley. Yo soy Madeline. Crecí con Henry y los demás. Ahora somos todos amigos. Si te sientes un poco perdida en la Manada Medianoche, avísame.
Asentí con cortesía.
—Gracias.
—Maddie, ¿por qué perder el tiempo con ella? Te he echado mucho de menos. Esta vez te quedas, ¿verdad? —Henry puso los ojos en blanco y luego miró a Madeline con afecto.
Madeline sonríe:
—No me voy a ninguna parte. He terminado mis estudios y voy a empezar unas prácticas en el Grupo Southwell. Además, tu abuelo está preparando a tu hermano mayor para el papel de Alfa, ¿verdad? Yo seré su Beta.
—¿En serio? Ben, asegúrate de cuidar a Maddie. —Benjamín guardó silencio, arrancó el auto y nos fuimos.
Por el retrovisor, alcancé a ver la fugaz mirada de decepción de Maddie. Cuando levantó la vista, ¡nuestros ojos se encontraron!