Capítulo 8 Sanarme
‘Vaya, lo dice como si fuera motivo de orgullo, cuando fácilmente podría llamarlo el rey de los precoces. No conozco la enfermedades de los hombres, pero, seguramente ese tiempo lo hace clasificar como el flash precoz.’ Me digo mentalmente.
Con esto, realmente me preocupa que todas las lobas estén experimentando la misma frustración, por lo que me hace pensar: ¿Cómo es posible que sigan naciendo niños cuando estos hombres ni siquiera han preparado bien lo que van a soltar cuando ya lo soltaron?
‘A este paso estaremos en vía de extinción.’ Me quejo mentalmente.
No voy a hacerte daño, así que, permite que pueda tratar tu herida. Te prometo que después de haberte ayudado no sentirás dolor. — dice el rey alfa.
Lo observó confundida porque realmente me sorprenda que pueda notar que estuve sangrando un poco y que además de ello, no comprenda que es algo normal en una mujer que acaba de perder su virginidad.
¿Cómo lo sabes?
Percibí un leve olor de sangre en ti. — dice él.
Entonces, deberías alejarte un poco en vez de acercar mucho tu rostro a mi entrepierna. ¿Acaso no te da asco percibir el olor de mi sangre?
Si no lo hago, ¿cómo podría lamer tu intimidad? Además, no estás sangrando, solo hay un leve aroma porque en algún momento sangraste.
Después de escucharlo, de inmediato yo siento que en mi cabeza hay algo que hace cortocircuito porque intento procesar la información que acaba de suministrarme él al punto en que gritó angustiada cuando siento su lengua húmeda en mi entrada.
‘¿Que acaba de suceder exactamente? Hace un segundo estaba mirándome fijamente porque nos encontrábamos hablando de algo importante, ¿Cómo fue que se movió tan rápido?’ Me preguntó mentalmente mientras me alejo de él.
Presa del pánico, me alejo y digo una y otra vez que tengo que mantenerme alerta cuando estoy cerca de este hombre. Porque él se mueve tan rápido que es imperceptible, por eso, es imposible para la vista poder capturar la rapidez con la que lo hace.
‘Realmente es flash versión hombre lobo.’ Me digo mentalmente.
¿Por qué gritas? ¿Acaso quieres llamar a algunos invitados para que puedan disfrutar de la vista?
¡¿Qué rayos piensas hacer?!
Antonella, te lo dije, voy a sanar tu herida.
¡¿Cómo se te ocurre sanar mi herida cuando es en una parte tan íntima, rey alfa?! — pregunto alterada.
Edmond. Te dije que me llames Edmond. — dice él con frialdad.
Aunque debería estar arrodillada suplicando por su perdón, mi cuerpo no es capaz de moverse y yo solamente trago duro intentando recordar cómo hablar, antes que él me castigue por ofenderlo.
‘Posiblemente este sea mucho peor de los que me hacen en la manada Luna Plateada.’ Me digo mentalmente.
Antonella, no me tengas miedo. Yo no voy a hacerte daño. Evidentemente, en la manada a la que perteneces hasta ahora está normalizado la violencia contra las mujeres, pero en mi manada no es así.
¿En serio?
Te lo aseguro. — dice él y yo suspiro aliviada.
Me alegra escuchar eso.
¿Ya puedo sanar tu herida?
Mi herido sanará poco a poco. Aunque no puedo curarme como lo hacen los hombres lobos normalmente, si lo hago un poco más rápido que cualquier humano. Así que, estaré bien.
Aunque mi respuesta debería resultar lo más convincente posible para él, el rey alfa no se aleja de mí y me observa con seriedad.
¿Acaso te molesta que lama tu cuerpo estando como un lobo? — pregunta él y yo me ruborizo.
Es más que eso, me causa mucha vergüenza que usted lama mi cuerpo en su versión lobo o humano. Ya que, no hemos llegado a ese nivel de intimidad. — digo y él de inmediato se transforma en humano.
Parece que no comprendes algo importante, o más bien no lo recuerdas.
¿A qué se refiere, señor?
¿No te has puesto a pensar porque tus heridas sanaron tan rápido cuando no tienes la habilidad de poder sanarte? — pregunta él y yo temo saber la respuesta.
Mi mente de inmediato me da la respuesta y yo niego lentamente, al creer que es imposible que un hombre tan frío haya sido capaz de lamer mi cuerpo.
¿Ahora comprendes por qué me parece tonto que intentes evitar que comience a lamer tu intimidad cuando no solamente he lamido todo tu cuerpo anteriormente, sino que he estado mucho más profundo en ti de lo que podría llegar mi lengua en tu interior? — pregunta el rey alfa y yo quiero que la Tierra sea abra y me lleve lejos de este hombre lobo.
S-señor…
Lo hice, Antonella. Aunque estaba lleno de enojo porque mi compañera de vida tenía la posibilidad de escoger a alguien más antes que a mí, lo hice. Por lo que, no es necesario que actúes con timidez cuando he recorrido cada centímetro de tu cuerpo con mi lengua.
>> Así que, abre tus piernas, voy a entrar para sanarte. Te prometo que no demoraré mucho si tanto te fastidia pensar en el hecho de que mi lengua va a estar en el mismo lugar donde minutos antes estuvo mi polla. — dice él.
‘Ya sabes que no está exagerando cuando dices que solamente va a durar poco. Así que, deja que te sane.’ Me digo mentalmente y yo busco a mi alrededor, para cubrirme porque me siento avergonzada.
No necesitas cubrirte. Me gusta tenerte completamente desnuda ante mí. Eres mía, Antonella. Somos la propiedad del otro, así que, no pienses en cubrir tu majestuoso cuerpo, cuando lo que quiero es deleitarme observando lo que me pertenece. — dice él dándome un beso en el muslo que me corta la respiración.
‘¿Por qué se siente tan increíble un simple contacto entre sus labios y mi piel?’ me pregunto mentalmente mientras sin darme cuenta, mis piernas se abren más permitiendo que él ya transformado en lobo, lama mi intimidad que se vuelve más sensible por su contacto directo.
Los gemidos no se hacen esperar y yo agarro el pelaje del lobo que se concentra tanto en mi intimidad, que siento que voy a enloquecer completamente ante los ataques de su lengua en mi intimidad.
No sé realmente si estoy sanando, porque no soy capaz de sentir algo más que el efecto que causa ser lamida por él, pero, si ya eso es bueno para mí, verlo transformado en humano, con su cuerpo sobre el mío y su polla en mi entrada, se siente el doble de bueno.
‘Vamos por tres minutos más, rey de los precoces.’ Me digo mentalmente.