Capítulo 7 Un rey diferente
El dolor me invade y yo me aferro al cuerpo de este hombre desconocido, que solamente he visto pocas veces y la mayoría de estas han sido para causarme miedo. Ya que colocando en una balanza lo que conozco y tengo en comparación a lo desconocido que él me proporciona, el rey alfa es la mejor opción.
‘Dijo que te sacaría de esa manada y eso es lo que necesitamos.’ Me digo mentalmente.
Mis manos se aferran a su cuerpo arañando su piel, pero eso a él no le importa porque está concentrado con sus manos aferradas a cada lado de mi cadera para poder presionar o levantar levemente mi pelvis y así comenzar con una fricción que aumenta mi dolor.
Sus gemidos se escuchan claramente porque su boca está cerca de mi oído y aunque parezca increíble, ese sonido causa que mi cuerpo se sienta tan caliente que me sorprende, porque no debería reaccionar de esta manera ante alguien que apenas he visto.
‘Respira profundo Antonella porque esto tardará mucho tiempo.’ digo mientras él deja caer su cabeza sobre el espacio entre mi cuello y mi hombro.
Eso fue intenso. — susurra él deteniendo los movimientos frenéticos de su cuerpo y el mío, que causaban la fricción.
¿Ya terminaste? — pregunto aturdida.
¿Tú no lo hiciste? — pregunta él con su voz ronca y afectada.
Sus manos dejan de agarrarme con fuerza y por ello, me alejo de él intentando comprender si realmente pasé mucho tiempo concentrada en mis pensamientos, que no sentí la noción del tiempo.
Es esa mi idea principal, porque lo veo a él tan agitado que pareciera que hubiese estado corriendo una maratón de más de cincuenta kilómetros cuando yo solamente estoy como si nada. Con dolores en mi entrepierna, pero tranquila.
No. — digo con seriedad.
Entonces, vayamos a la casa. Te prometo que no tendré mi orgasmo hasta que tú hayas tenido el tuyo. Sólo deja que recupere el aliento.
No debería preguntarte esto, pero de todas maneras lo haré, ya que, la curiosidad, se ha apoderado de mí.
Te escucho.
¿Cuánto tiempo duramos haciendo esto?
Él me observa confunda y después de ciertos segundos, baja la mirada como si comprendiera lo que quise decir.
¿Sentiste que fue muy rápido?
No es eso, solo lo pregunto porque cuando estaba leyendo esas escenas eróticas en los libros, sentía que pasaba mucho tiempo. Ya que, la pareja se tocaba, cambiaba de posiciones e incluso cambiaban de lugar mientras se atacaban salvajemente para poder tener todo el placer que el tener sexo causa.
>> Pero, supongo que todo lo que ha pasado es lo que sucede cuando adaptan una película a los que están en el libro. Ya que leyendo uno tarda bastante tiempo, pero en las películas o series solo son breves segundos de grabación que usan para mostrarlo.
¿Sientes que yo duré breves segundos? Antonella fueron los tres minutos más largos de mi vida.
‘Entonces fueron tres minutos… Ahora comprendo por qué sentí que había pasado tan poco tiempo, realmente era poco.’ Me digo mentalmente.
Aturdida por lo que ahora comprendo, observó al hombre que seguramente mide más de dos metros y está lleno de tantos músculos que incluso desde lejos, sin poder percibir su aura poderosa, es temible.
‘¿Cómo puede un hombre que se ve tan energético y lleno de vida durar solamente tres minutos teniendo sexo?’ Me preguntó mentalmente.
Seguramente estás pensando cosas negativas de mí por lo que acaba de suceder, pero Antonella, el tiempo no corre tan rápido como tú piensas.
Tienes razón, corre más rápido de lo que pensaba. — digo y él tensiona su mandíbula, claramente ofendido.
Si así lo crees, intenta durar tres minutos haciendo una plancha anaeróbica y entonces, comprenderás que tres minutos es mucho tiempo. — dice el rey alfa girándose para salir del agua.
‘¿Es así como un rey es? Pensé que era alguien sorprendente que no se cansaba fácilmente, pero, con esto, creo que es el rey de la velocidad.’ Me digo mentalmente.
Rápidamente intentó correr detrás de él, porque lo que menos debo hacer ahora es que él se moleste conmigo y después de haberme tenido, se niega a sacarme de ese infierno que es para mí la manada Luna Plateada.
Pero cuando intentó correr me duele tanto mi entrepierna que me quejo del dolor. Por sorprendente que parezca, el hombre que sin darme cuenta ofendí, se gira y me muestra una mirada cargada de angustia.
Aunque yo me concentro en esa parte de su cuerpo que se mantiene firme, no puedo evitar sentirme feliz porque por primera vez en mi vida alguien me observa con preocupación e incluso camina rápidamente hacia mí para ayudar.
¿Te encuentras bien? — pregunta él preocupado.
No lo sé, me duele mucho. — susurro.
Quise controlarme, pero evidentemente te causa mucho daño. ¿Existe la posibilidad de que puedas sanarte tú misma? — pregunta él y yo lo observo con tristeza.
Además de no poder transformarme en loba, ni mucho menos tener el espíritu, tampoco puedo sanar mis propias heridas. Tal parece que es una habilidad entre hombres lobos que solamente se puede realizar cuando uno tiene el espíritu o puede transformarse en lobo.
Es por eso que no he podido sanar mis propias heridas tan rápido como los demás lo hacen. Pero, eso poco le importaban a todos los de la manada. Ya que, solamente les interesaba causarme más dolor porque demoraba más tiempo en sanar y sufría mucho más que ellos.
‘Ahora que se ha dado cuenta que soy una mujer débil y casi como una humana, ¿se aprovechará de mí?’ Me preguntó mentalmente.
Justo cuando estoy por responder a esa pregunta, él me toma en sus brazos y me coloca en la orilla del agua. Sin saber lo que está haciendo, miro a mi alrededor preocupada de que alguien pueda verme y es entonces cuando veo al gran hombre lobo en medio de mis piernas. Por lo que, entró en pánico.
¿Q-qué estás haciendo? — preguntó con evidente temor.
No es que estoy haciendo, sino lo que voy a hacer.
Espera un momento… — digo cuando él se acerca peligrosamente a mi entrepierna.
Antonella, sangraste un poco y es debido a mi salvajismo, así que, deja de prolongar esto cuando te está doliendo y permite que te sane. Es mi deber al ser quien te causó daño por no controlarse y atacarte salvajemente durante tres largos minutos.