Capítulo 68 Maldita suerte
La noche aún no terminaba, después de tanto deliberar y de aquel inesperado beso que a Angélica no le provocó nada; la joven venezolana no tuvo más remedio que aceptar el obsequio.
—El hecho que reciba el vestido no quiere decir que voy a ceder a tus condiciones y menos que me vaya a ir a la cama contigo —advirtió.
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