Capítulo 369 Asesinato
Una vez que Mia se subió al coche de Gabriel, él no perdió tiempo en encender el motor y conducir hacia su destino. Mia se sentó en el asiento del pasajero, pero ninguno de los dos estaba de humor para charlas triviales. Permanecieron en silencio durante todo el viaje y pronto se instaló una atmósfera inquietante entre ellos.
Mia miró de reojo el perfil de Gabriel. Su apariencia seria exudaba un encanto único, especialmente cuando el tenue olor a tabaco se mezclaba con un aroma masculino. Aunque sabía que no debería reaccionar de esta manera, sus mejillas empezaron a ruborizarse.
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