―¡Maldición! ¡¿Cómo te atreves a defenderte?!
Los otros matones se abalanzaron al ver la situación. Gabriel se levantó y rápidamente pasó por delante de ellos con un poderoso pisotón. ¡No podían verle claramente porque era demasiado rápido! Una serie de choques sordos sonaron cuando sus puños golpearon sus cuerpos.
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