Capítulo 33 Secuestro en la isla
Bill observó a Arabella a través de la CCTV. A pesar de su estado desesperanzado, seguía siendo deslumbrantemente hermosa. Sería una verdadera lástima alimentarla a los tiburones. Su suave y larga cabellera danzaba sobre su hombro con cada movimiento, y sus labios rosados invitaban a ser besados. La expresión de sus inocentes ojos marrones revelaba un torbellino de emociones.
Bill se encontraba en un dilema consigo mismo. Desde su primer encuentro en el auto, sabía que ella era la única con la que quería volver a estar una y otra vez. Aquel momento en el auto era inolvidable, y su deseo por ella crecía cada vez que estaban juntos. Arabella era la excepción a su regla de "una noche sin repetición", algo completamente nuevo para él.
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