Jace la soltó y Arianna se levantó. Se echó el pelo hacia atrás y besó a Jace. Cuando él la besó, sintió la salinidad en su boca.
Sabía que era el sabor persistente de su semen en su boca. La agarró y dijo: -¿lo tragaste?- Arianna asintió. Él rió suavemente y la miró fijamente a los ojos.
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