Capítulo 6 ¡Eres la mujer!
El corazón de Arianna casi se detuvo cuando vio quién era el CEO. Su rostro se puso morado y de repente sus manos comenzaron a sudar.
Jace Hudson miró a la mujer frente a él. Ella tenía el descaro de pisar la empresa de los Hudson y su audacia la había llevado hasta su oficina.
Esta mujer lo estaba siguiendo. Ella está deliberadamente tras él y sus enemigos podrían haberla asignado para obtener información sobre él. Pero él le enseñaría una lección.
Arianna no esperó a que se lo dijeran. Se levantó rápidamente y se alejó un poco. Estaba temblando y la temperatura en la oficina parecía estar alta.
¿El CEO es la misma persona que la -Personalidad poderosa- que había conocido dos veces? Y ayer mismo, él le advirtió que no se acercara a él nunca más y esta mañana, aquí estaba ella, siendo observada por él.
-¿No te advertí que no te acercaras a mí nunca más?- preguntó Jace Hudson, su voz llena de resentimiento.
Se levantó y se acercó a ella. Arianna daba un paso atrás con cada paso que él daba hacia adelante. Él se acercaba y ella seguía retrocediendo hasta que llegó a un punto en el que no podía ir más lejos.
Se detuvo en el sofá de su oficina. Arianna bajó la cabeza y dijo -Lo siento. No sabía que eras el CEO de Hudson Holdings.
-¡Mentira!- Gritó en sus oídos. No había nadie en la ciudad de Z que no lo conociera como el CEO de Hudson Holdings. Ella era una mujer barata, con una mentalidad barata, un vestido barato, una apariencia barata y una perra repugnante.
-Eres barata en todos los sentidos de la palabra. Ni siquiera puedes aprender a contar una mentira convincente-, sonrió maliciosamente y agarró su barbilla con dos dedos y le abrió la boca a la fuerza.
-¿Qué quieres de mí?- preguntó con voz atronadora, sus ojos emitían una intención asesina. La agarró con fuerza y la puso de cara sobre el escritorio -¿quieres sexo, verdad? Bueno, te lo daré.
La agarró por la cintura y presionó su trasero contra su miembro. -Te di dinero pero no lo aceptaste. Entonces te daré mi miembro y no podrás rechazarlo esta vez.
Su mano en su cuello, forzando su cabeza contra el escritorio. Estaba furioso y estaba lastimando deliberadamente a Arianna.
-No estoy aquí por nada. Ni siquiera te conocía antes de nuestro encuentro hace unos días...- Arianna estaba respirando con dificultad. -No soy ese tipo de mujer, por favor, créeme- suplicó Arianna.
De repente, él la soltó y Arianna rápidamente caminó hacia la puerta apresuradamente. Necesitaba salir de la oficina de inmediato. Si pudiera volar o desaparecer, lo habría hecho para salvarse de este hombre terrible.
-Detente- ordenó Jace y se giró hacia un lado para mirar a Arianna. Esta última se detuvo pero se negó a mirarlo.
-Tu fragancia corporal me resulta familiar- declaró Jace, girándose completamente para pararse detrás de ella. Frunció el ceño y miró su espalda.
Arianna frunció el ceño. Ella también percibió lo mismo. Sentía que su aroma también le resultaba familiar. ¿Se habían conocido antes, aparte del día en su trabajo anterior hace unos días? Estaba segura de que no lo había conocido antes.
-Esa mujer hace cuatro años eres tú, ¿verdad?- declaró Jace. Arianna estaba atónita. Sintió que su corazón se saltaba un latido. El hombre con el que había dormido hace cuatro años era un gigoló.
Pero cuando se dio cuenta de la similitud entre su hijo y este hombre, tuvo más miedo. No podía ser posible, no, no debería serlo.
Jace Hudson se acercó a ella y la giró para que lo mirara. Se inclinó, su cabeza en el hueco de su cuello, inhaló su aroma y se apartó, mirándola furiosamente.
-Tú eras esa mujer hace cuatro años. Eres la mujer que se aprovechó de mí. Me obligaste a ir a tu cama- declaró Jace, ahora seguro de que ella era la mujer que había estado buscando.
-Ya lo dije antes, no sé de qué estás hablando. No te he conocido antes- negó Arianna. Ahora estaba segura de que él era el hombre con el que había dormido y era el padre de Eli.
Pero cómo terminó siendo un gigoló era algo que ella no sabía. Tenía que insistir en que no lo conocía. Gracias a Dios, él no sabía nada de Eli.
-De acuerdo. La mujer que se aprovechó de mí hace cuatro años olvidó algo- dijo Jace y fue a recoger el collar y su colgante dorado y lo tiró al suelo.
-Ya que dijiste que no eras tú, simplemente lo tiraré bajo mi pie- declaró Jace Hudson y lanzó el colgante junto con su collar al suelo y puso su pie encima, listo para aplicarle fuerza.
El corazón de Arianna latía. No, este collar era todo lo que su madre le dejó cuando murió. Le recordaba los recuerdos de su madre y el amor contenido en ese collar.
No podía dejar que lo destruyera o lo pisoteara. Su mirada estaba en el colgante y vio cómo él ponía su pie encima. -No, señor. No lo haga-, dijo y se apresuró hacia adelante.
-Pensé que dijiste que no eras la mujer de hace cuatro años- exigió Jace, fijando su mirada en ella. Mentirosa barata. No solo una mujer casual y promiscua, también es una mentirosa de mierda.
-De acuerdo, lo siento por esa noche. Estaba borracha y estaba en un estado de depresión. Lo siento. En realidad, no soy ese tipo de mujer- explicó Arianna.
Jace ignoró sus súplicas y se rió suavemente. Una mujer se aprovechó de él y le dijo que lo sentía y que estaba borracha. Él era demasiado maduro para creer en esos cuentos de hadas.
Arianna vio que no estaba dispuesto a levantar el pie del colgante y decidió irse. Quería girar la perilla de la puerta cuando Jace Hudson tronó -No te atrevas a dar otro paso.