Arianna llegó a la casa de sus padres. Miró la casa, la misma casa y los mismos ocupantes. Todo es igual excepto ella.
Ya no es esa chica ingenua que solía ser. Esa chica que permitía que su madrastra y su hija la intimidaran y una vez le arrojaron café caliente en la cara. Fue quemada en ese momento por culpa de ellas.
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