Ishmalkahama a las espaldas de Hades exclamó con soberbia y sin miedo alguno ante los que se encontraban presentes en las tinieblas. —¡No vuelvas a mencionar esas palabras Hades! La ciudad santa se respeta sin importar lo que seas o lo que quieras ser.
Belcebú dedujo en ese momento, ¿que el propósito de haber expulsado tal magnitud de poder y haber provocado ese agujero que consumía hasta lo que no existía? Era con el único propósito de liberar a los dioses por debajo de sus pies.
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