Capítulo 8 Pecados

Helel disfrutaba a millones de años luz de donde Migue el arcángel encargado de comandar los 18 ejercitos se encontraba en compañía de Uriel y dos arcángeles mayores que vigilaban las costas de la ciudad de cristal que bajo ninguna circunstancia padecía o estaba viviendo algún tipo de riesgo, los millones de ángeles guerreros mantenían sus guardias en todo momento “Sin una aparente causa o motivo por el cual defenderse” ¿Quién podría siquiera atreverse a cruzar el territorio de la ciudad de cristal? ¿Por qué los monarcas del noveno cielo se protegían en extremo? Solamente que los Dioses desterrados estuviesen planeando una estrategia para atreverse a corromper los 9 cielos y de esa manea llegar hacia donde se encontraban los 6 tronos de los cuales 3 estaban vacíos e Ishmalkahama gobernaba sobre los dioses de la luz y el poder; Sin embargo de momento no se escuchaba ni rumoreaba una sola ofensiva de parte de los Dioses desterrados, más lo único que Samael estaba ahora planeando con Helel y que aún no saldría a la luz dicha situación. En el Arcángel Miguel despertó el tercer pecado de la nueva historia de la creación, “La envidia” misma que en su momento había sido sepultada junto con uno de los pecados que ahora estaba despierto y acompañaba a Helel a donde quiera que este se paseaba “El Orgullo” así como el pecado que fue enseñado por la misma Diosa Hera “La lujuria” estos pecados estaban causando que muchos más fuesen despertando de apoco pero que en su momento oportuno harían su parición para ir corrompiendo los sentidos y las gracias de todos aquellos que fuesen seducidos por Samael y Helel. Miguel queriendo investigar ¿Qué era lo que estaba sucediendo en la tierra? Menciono. — ¡Deberías de acompañarme Uriel a ese lugar llamado tierra! Deseo averiguar qué es lo que está sucediendo con Helel y conocer a su acompañante. — ¿Pero si padre si entera podría colocarte un castigo? No deberías de arriesgar tanto por el deseo que de pronto a despertado en ti Miguel, si gustas enviamos a unos ángeles que son de gracia menor para que nos hagan saber lo que está sucediendo en ese lugar. — ¡Es una excelente manera de saber lo sucedido en ese lugar Uriel! ¿Quizás padre después de todo no se equivocó contigo en colocarte como Arcángel consejero? Envía una docena de legiones para que se apoyen entre ellos y traigan consigo las noticias que necesito saber para dejar a Helel en su lugar. Miguel no soportaba la idea que Helel fuese y ostentara el título del favorito de Ishmalkahama de alguna manera sin ser aun declarada delante de todos los millones de ángeles en los nueve cielos, pero que era un secreto a voces que Helel ostentaba ese especial favor del padre mayor, no siendo de igual manera secreto que el padre de la luz y el padre de la fuerza, no estuviesen de acuerdo a que Helel ostentara este especifico título del “Favorito del padre” por lo que la envidia comenzó a expandirse entre los que se allegaban a Miguel e infectándolos como si de un virus se tratase, solo que algunos no eran capaz de dominar sus emociones y esa misma acción en su interior provocaba que comenzaran pleitos entre ellos y fuese llevados de inmediato con el Arcángel de la justicia, siendo esta Raquel descendiente directo de la creación de Miguel, para que fuesen castigados conforme su delito, por lo que los mismo seguían siendo enviados hacia lo que ahora llevaba el título del reino de la tinieblas, sin saber que le hacían un enorme favor a Helel en despojar de su gracia a los ángeles y enviarlos a la voluntad de Helel con Samael, siendo ahora también administrado por los comandantes que Helel despertó y libero de su prisión para modificarlos y que administraran su reino. Mientras las legiones de ángeles llegaban a la tierra donde se encontraba Helel consumiendo su primera compenetración entre figuras humanas con cuerpos divinos y celestiales, Helel seguía ofreciéndole y otorgándole el deseo extremo y placer a Hera con su lengua bífida, recorriendo el contorno de su cuerpo para llegar incluso a las profundidades de su anterior lugar, por la parte del trasero que era conocido la parte trasera de una mujer u hombre. Hera experimento en cada centímetro del cuerpo de Lilith el inconmensurable placer de poseer un cuerpo humano, llegando a exclamar… — ¡Esto es incluso aún mejor que estar dentro de mi divinidad como Diosa! Porque cada movimiento que haces sobre el cuerpo de Lilith, no es predecible por mis poderes, sino más bien me sorprendes como todo un Dios que desde ahora te has vuelto en un cuerpo humano Helel, ¡Sin lugar a duda debes enseñarle esto a cada uno de los seres que tu padre vuelva a crear a partir del nuevo Adán en el proyecto Edén! — ¡Eso ni lo dudes mi Diosa! Estaré en cada momento en el que mi padre decida crear cada cosa de la nueva creación para llegar a modificar lo que no desea que salga a la luz y de esa manera evitaremos que su ego crezca tanto como sus años en la eternidad. — ¡Entonces hazme tuya Helel y disfrutemos este eterno momento! creo que aún no se acabado el alba, debemos hacer que el alba sea extinguido y con ella la aurora de la mañana. — ¿Cómo deseas que te haga mía? ¿Acaso no eras de mi propiedad? — ¡No te equivoques Helel! Ser tu amante en los cielos y en mi reino de la oscuridad, no es simbología de ser tuya por completo, aun no has experimentado lo más hermoso y maravilloso de ser humano, ¡Aun te queda introducirme ese falo que tiene por en medio de tus piernas! ¿Haz creído acaso que ese trozo de carne que has poseído con tu divinidad no tiene otra utilidad? Deja que tu consuma la lujuria y deja que ese enorme falo crezca tanto que sea capaz de mantenerse en pie con total y sola autoridad y te lleve a caminar por el oscuro camino de la lujuria y la perversión que solo su interior saber percibir que existe por fuera de tus pensamientos. Hera le mostraba la perversidad con la que un ser humano podría llegar a vivir si dejaba que ese trozo de carne, como ella lo llamo, dejase que se apoderara de sus pensamientos y deseos, lo que provoco que Helel inmediatamente, se viera en una tremenda y urgida necesidad por introducir su falo en su cavernosa cueva ancha y hermosamente formada de Lilith. Helel se acercó a Hera de la manera más placentera y seductora posible, ¡De pronto sus ojos cambiaron de un azul intenso a un verde claro intenso! Su cabello brillaba más de lo normal, ese rojizo hermoso que poseía Helel, se estaba enciendo desde adentro de la cabellera, lo que provoco que la lujuria que ya se encontraba en la Diosa Hera, fuese encendida aún más ¡Incluso sobrepasando sus propios límites de excitación y deseo por Helel! Hera al tenerlo en la entrada de su la cueva cavernosa y suave más que el algodón y la seda, tomo con sus manos el enorme falo que sobresalía de la entrepierna de Helel, para llevarlo sin pensarlo o dudarlo a su interior. Los gritos de Hera fueron ensordecedores a los alrededores, no se asemejaba siquiera al apareamiento de mil millones de bestias copulando al mismo tiempo, Helel no escuchaba más que una cálida sensación de placer al haber sido introducido el falo que lo estaba llevando al éxtasis de la lujuria, ese mismo éxtasis que ahora era el poder dominante entre una que era Diosa y otro que creía haber alcanzado la divinidad de un Dios. Los ángeles que fueron enviados por Miguel y Uriel a la tierra donde se produjo la primera copulación de dos seres divinos habiendo tomado forma humana y que a la vez se atrevieron a corromper la naturaleza natural de los Dioses, mezclándose una Diosa con un ser entre los Dioses “Inferior” pero que poseía una enorme actitud de aprendizaje y orgullo que sobresalía de su gracia, habiendo sido este el primer pecado entre los que se encontraban nuevamente despiertos. Las doce legiones de ángeles llegando a la tierra y maravillándose de lo que Ishmalkahama le obsequio a Helel, comenzaron a llenarse de envidia al igual que Miguel, solo que la clase de envidia que estaban experimentando era muy similar a la Miguel, lo que les apartaba inmediatamente de la justicia de Raquel y dejando que estos lograran acaparar toda la información que Uriel y Miguel necesitaban para entregarla a los tres Dioses y de esa manera desterrar a Helel de su puesto en el cielo por siempre. Debido a que Miguel no estaba en lo absoluto de acuerdo que los demás serafines y querubines, estuviesen siempre al servicio de los Dioses, cargando sus tronos al momento de salir y cubrir sus gracias para que esa gracia no escapara de su interior y no consumir su máxima expresión de amor y creación con sus “Perfectas gracias” Miguel deseaba que al igual que los serafines y querubines trabajaban para sus padres creadores, así mismo Helel se dedicara a lo mismo y dejara de solo pasearse entre los cielos del presente y los cielos que solo estaban destinados para el futuro. Entre las doce legiones de ángeles mensajeros, comenzaron a surgir murmullos de oponerse a lo que se estaba viviendo en ese lugar, ¡Desconociendo por completo lo que sucedía en el lugar y no comprender lo que Hera y Helel se encontraban practicando! Era en extremo difícil para los mensajeros llegar a descubrir que se trataba de la Diosa Hera y de alguna manera madre de los ángeles. — Deberíamos de someter a Helel y llevarlo al trono de la justicia de Raquel, para que sea juzgado por mezclarse con sus creaciones de esta manera que desde si se ve más que repulsiva, pero necesito que estemos de acuerdo para llevarlo de inmediato y que no intente algo en nuestra contra al ser un ser mucho más poderoso que le mismo Arcángel Miguel. La duda comenzó a embargar a los ángeles al no considerarse con el poder de lograr tal Azaña ¡Menos de atreverse a actuar en contra de un serafín! Los seres más perfectos entre los ángeles y que de ellos solo existían en total 13, 12 de ellos se encontraban siempre al lado de los padres de la creación, mientras que Helel era el único serafín que no poseía una orden específica y era libre de pasear y andar por donde fuese su placer hacerlo, al contar con el consentimiento del mayor padre de la creación. — ¿Vosotros que hacéis aquí seres inferiores y de un valor completamente despreciable? Los ángeles habían sido descubiertos por Hariel, que tras su difícil situación en el reino de la tinieblas, ahora se encontraba tras la protección de Hera, la cual se encontraba en su etapa final con Helel y de la cual los ángeles estaban a punto de tomar una decisión que podría haber afectado a los involucrados. De inmediato supieron que se encontraban ante la presencia de uno de los Dioses desterrados, la gracia lo delataba al no soportar la luz que resplandecía a su alrededor, lo que millones de ellos desaparecieron al instante de siquiera intentar ver su rostro. Hariel tomo entre sus dominios a más de 8 legiones de ángeles, para mostrarlos a Hera, mientras que el resto no dejaban de hacer reverencia al Dios del tiempo y espacio. Hariel no interrumpió en lo absoluto y espero pacientemente hasta que Helel terminase con Hera su encuentro amoroso que consterno los 7 cielos y otras ciudades y reinos cercanos, entre ellos el único reino que aún no se dejaba o daba a conocer, no queriendo intervenir o no deseaba que se descubriera su identidad. — Mi Diosa, ha visto como la Diosa del reino de la oscuridad ha copulado con el que se dice es el sucesor de Ishmalkahama. — ¿Quién les ha dicho a ustedes que Helel ben Shahar, es el sucesor de Ishmalkahama? Solo de imaginarlo me causa una seria aberración a lo que el idiota de mi hermano ha permitido que suceda por desear la ciudad de cristal solo para sus absurdos fines de creación burda y sin sentido alguno, en lugar de estar por ahí recabando información que no nos compete como el reino de las dimensiones y del destino, deberías de atenderme como me lo merezco y como seguramente estuviese en este momento sentada en mi trono, siendo la verdadera sucesora del trono de los 6. — ¡Si, Diosa del destino! ¡La hermosa, maravillosa y eterna Diosa Ananké!
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Índice
Capítulo 1 Creación Capítulo 2 El amor de hera Capítulo 3 Intervención Capítulo 4 Corrupción Capítulo 5 Nuestra voluntad Capítulo 6 Un deseo inapropiado Capítulo 7 Forma humana Capítulo 8 Pecados Capítulo 9 Silencio Capítulo 10 Mientras dure la paz Capítulo 11 Revuelo Capítulo 12 La visita de los padres appCapítulo 13 Oscuro acuerdo appCapítulo 14 Planes appCapítulo 15 Convocados appCapítulo 16 Alimentando el ego appCapítulo 17 Tus deseos appCapítulo 18 Una realidad diferente appCapítulo 19 El origen de hariel appCapítulo 20 ¿Habrá manera? appCapítulo 21 Un solo amor appCapítulo 22 La transformación del amor appCapítulo 23 Orgullo de dioses appCapítulo 24 Sin respiro appCapítulo 25 El laberinto de la traición appCapítulo 26 La condena de los dioses appCapítulo 27 Entre el cielo y el infierno appCapítulo 28 Las huestes de maldad appCapítulo 29 Así como en el cielo appCapítulo 30 Confrontación appCapítulo 31 Fuerzas imparables appCapítulo 32 Mortal soberbia appCapítulo 33 Se desata el infierno en el cielo appCapítulo 34 Abaddon príncipe de las tinieblas appCapítulo 35 Retorno appCapítulo 36 Librando la batalla por la ciudad santa appCapítulo 37 La profecía del salvador appCapítulo 38 ¡Lo siento padre! appCapítulo 39 Destierro a traición appCapítulo 40 Un nuevo reinado appCapítulo 41 ¿Qué deseas? appCapítulo 42 El castigo y tormento de ishmalkahama appCapítulo 43 Dioses antiguos appCapítulo 44 Destinados appCapítulo 45 Todo es parte del plan appCapítulo 46 Majestuosidad appCapítulo 47 El retorno de la verdadera obscuridad appCapítulo 48 Diosa antigua appCapítulo 49 Conmoción en el inframundo appCapítulo 50 Cadenas rotas: abismos separados appCapítulo 51 Rey y dios hades: inframundo e infierno appCapítulo 52 Dioses vanidosos appCapítulo 53 Los tres grandes appCapítulo 54 Aclaración: vergüenza y superioridad appCapítulo 55 El pecado de la lujuria appCapítulo 56 Trinidad: santidades y pecados consumados appCapítulo 57 Samael inquebrantable appCapítulo 58 Supremacía inferior appCapítulo 59 Rompimiento: obscuridad y maldad appCapítulo 60 La caída de los dioses appCapítulo 61 Seis mil años después appCapítulo 62 Voces reprimidas: guardianes infernales appCapítulo 63 Destinos cruzados: caminos separados appCapítulo 64 Un año después: confrontación appCapítulo 65 Decisiones tomadas: amores de la existencia appCapítulo 66 Hagadol: el dios del destino de la humanidad appCapítulo 67 Cambio de vida appCapítulo 68 Holocausto: advertencias y vida digna appCapítulo 69 Deseos: apertura a una vida nueva appCapítulo 70 Abismo: resonancias del recuerdo appCapítulo 71 Amores con diferentes rostros appCapítulo 72 Recuerdos fragmentados appCapítulo 73 Ecos de la batalla appCapítulo 74 Los enemigos del destino appCapítulo 75 El cielo y la tierra appCapítulo 76 La fuerza del destino appCapítulo 77 Dioses y mortales appCapítulo 78 El amor prohibido appCapítulo 79 Sentimientos arrebatados appCapítulo 80 En otra vida a tu lado appCapítulo 81 Tiempo y arrogancia appCapítulo 82 El amor renace appCapítulo 83 La sombra de elyon appCapítulo 84 El retorno de los caídos appCapítulo 85 La ira de elyon appCapítulo 86 Renacimientos y maldiciones appCapítulo 87 El corazón de daniels appCapítulo 88 Sueños lúcidos appCapítulo 89 La humildad de lucifer appCapítulo 90 La lucha por la memoria appCapítulo 91 El hilo del destino appCapítulo 92 Sacrificio de amor: salvador de la humanidad appCapítulo 93 Lucifer: el nuevo nombre de helel appCapítulo 94 La intervención de hades appCapítulo 95 Despojo de poderes appCapítulo 96 Ragnar: dioses y humanos appCapítulo 97 Ragnar y daniels appCapítulo 98 Reunión familiar appCapítulo 99 Confesión: concepción de sacrificio appCapítulo 100 Amores perdidos: amores que volverán appCapítulo 101 La orden de elyon appCapítulo 102 Humanidad corrompida: deseos inapropiados appCapítulo 103 Espíritus condenados: deidades atormentadas appCapítulo 104 El juego de los dioses appCapítulo 105 Fuerzas divinas appCapítulo 106 Lucifer: el serafin caído appCapítulo 107 Hombres y dioses: amor inquebrantable appCapítulo 108 Sobrevive: la divinidad de ragnar appCapítulo 109 La proclamación de venganza appCapítulo 110 La angustia de lucifer appCapítulo 111 La resurrección de la memoria: el retorno de la diosa appCapítulo 112 El peligro inminente de daniels appCapítulo 113 Amor filial: amor de hermanos appCapítulo 114 La fuerza del amor: hilos del destino appCapítulo 115 La verdad en tus caricias appCapítulo 116 Una promesa que nunca muere appCapítulo 117 Un amor escrito en las constelaciones appCapítulo 118 La eternidad contenida en un beso appCapítulo 119 Nuestros nombres grabados en la eternidad app
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