Capítulo 8 NO LO ENTIENDO DE VERDAD
NO LO ENTIENDO DE VERDAD
Narra Camille
Llegar a la casa de mi tía es lo más desagradable, pero por ahora no tengo ninguna otra opción, y lo peor es que tengo que soportarla por tres semanas, mi incapacidad no me permite volver al trabajo, para mí no sería problema ir así, además estaría más cerca de Andy, ya lo extraño, no sé cómo interpretar todo lo que paso hoy, aunque sé que solo fue un acto de caridad, pero las caricias en el auto, las sonrisas, y el roce de sus manos, me tienen bastante confundida.
Trato de llegar a mi cuarto como puedo, pero ahí estaba mi tía, enojada y abusiva como siempre
- ¿Y ahora que te paso? ¿no me digas que perdiste el trabajo? Porque si es así, te tienes que largar de inmediato escuincla.
-No tía, no perdí el trabajo, tuve un accidente, por favor no me molestes, en cuanto me recuperé me iré de aquí
-Ah ¿Qué estas creyendo que vivirás gratis aquí?, no señora, te largas ahora mismo
Saco un fajo de billetes del dinero que me dio Andy, ni siquiera miro cuanto es y sin importarme se lo entrego.
-Espero que esto te sirva de algo
-Ah, ahora si nos entendemos mejor mugrienta, si necesitas algo, no más el que me lo pidas, -Mi tía es una miserable, cogió el fajo de billetes y salió hacia la cocina, iban a ser las tres semanas más largas y tortuosas de mi vida, por ahora solo quiero dormir.
Han pasado ya cuatro días desde mi accidente, mi madre se comunicó al teléfono de mi tía, que por unos cuantos dólares accedió a prestarme su línea por un día, decido llamar a la oficina a pasar el reporte de mi incapacidad, pero como era de esperarse ya lo sabían, Andy habia dejado el informe, ese hombre era realmente un sol.
Mientras tanto Andy
Narra Andy
No entiendo que me pasa, desde el lunes no he dejado de pensar en Camille, su imagen se viene a mi mente cada momento, recordar la tersura de su piel, su rostro lozano y natural, sus curvas debajo de su ropa ancha, me tienen desesperado, quisiera hacerla mía, pero es algo que no puede ser, ni siquiera la conozco bien, pero quiero tenerla en mi cama, debajo de mis sabanas, no entiendo, me niego a creer que me esté pasando esto, soy un hombre comprometido y me niego a faltar a mis valores.
Salgo de mi cama, por estar pensando en Camille ahora tengo diez minutos menos de mi rutina de ejercicio, levanto mis sabanas y veo como pensar en ella me causa una reacción, mi miembro está totalmente erecto, me siento avergonzado, no tenía porque estar en esta situación, salgo directo al baño como de costumbre y tomo una ducha de agua fría, pero mientras me enjabono pienso en ella, es difícil dejar de hacerlo, hasta verla sonreír me resulta excitante, quiero dejar de sentir esto que siento, pero ¡oh! El agua de la ducha no calma mis deseos de Camille, y ahora tengo que desfogar con lujuria lo que siento por ella.
Pongo mi mano sobre la pared del baño y me acaricio furiosamente pensando en ella, espero me perdone por cometer este acto de placer a su nombre, pero esta obsesión que siento por ella se está reflejando en mi cuerpo.
Minutos después salgo de mi ducha aún más relajado, necesito verla inmediatamente, pero necesito cumplir una agenda el día de hoy, ser tan estricto está acabando conmigo, hago mi rutina de ejercicios como siempre, estoy muy motivado, desayuno y llego a la oficina, me espera un largo día.
Llego quince minutos más tarde, debido a la tardanza en mi baño y mis pensamientos pecaminosos, pero estaba relajado hasta que entro a mi oficina y en mi sillón estaba sentada keyra…
-Andy mi amor, sé que me porte muy mal contigo el otro día, pero me tenía preocupada los negocios con el chino, ya sabes que significaba algo grande para la compañía
- Keyra, con este tipo ya hemos hecho varios negocios, el conoce mi puntualidad, al siguiente día eso quedo hecho ¿Quién crees que soy? - Dejo mi portafolio en su lugar y le hago una seña para se levante de mi sillón, espero unos segundos a que pase el hedor de su cuerpo y me siento.
Keyra está bastante atractiva hoy, lleva un vestido de mini falta y un escote bien pronunciado, aunque no era la candidata ideal para ser mi esposa, confieso que era muy difícil resistirse a su belleza, ya habíamos tenido algunos encuentros íntimos, pero para mí eso era importante, si se hacía con real amor.
-Querido y si salimos juntos y no se vamos a dar una vuelta por ahí y nos divertimos un poco, qué tal si vamos a mi apartamento, ya hablé con tu secretaria y arreglé tu agenda del día de hoy.
- ¿Qué hiciste qué? - la miro furioso- tú no puedes hacer eso, tengo compromisos pendientes hoy- Levanto la bonica para hablar con Cristine, pero Keyra me rapa el teléfono.
Se acerca a mi silla, la gira hacia ella y se desabotona el ultimo botón de su escote, que, si ya estaba pronunciado, ahora no me dejaba nada a la imaginación, se sienta sobre mis piernas, y puedo sentir sus muslos rozarme, esta sobre mí y yo ni siquiera puedo inmutarme y menos que ese día estaba deseoso, aunque no entendía por qué más temprano habia pensado en otra mujer, sabía que necesitaba algo de contacto humano, y pues Keyra era mi prometida, simplemente me deje llevar por el momento.
Ella besa mis labios con tanta fuerza que me hace gemir, siento como su entrepierna roza con la mía, su vestido se sube totalmente debido a su posición y queda totalmente expuesta a mí, agradezco que mi oficina haya sido insonorizada, o de lo contrario estaría muerto de vergüenza
La tomo de sus caderas y la atraigo más hacia mí, ella nota que estoy totalmente rígido para ella, y no se hace esperar, se levanta de mi lecho y se agacha con sus nalgas al aire, haciendo que su rostro quede frente a mi entrepierna, desabrocha mi pantalón y con su delicada mano, saca mi miembro, que está totalmente listo para ella, la tomo de la cabeza y hago que ella disfrute de mí y yo de ella, estoy a punto de explotar , antes de que esto suceda, la subo nuevamente encima mío, disfruto sus hermosos pechos, que aunque no son naturales se siente bien al tacto, los llevo un poco hacia mi boca, ella cabalga sobre mí , ambos estamos jadeando, sudando y muy excitados, no nos entendíamos en la vida cotidiana, pero si muy bien en la intimidad, ella se mueve como bien lo sabe hacer, no solo para darme placer , sino para dárselo a ella, me pierdo en sus senos y luego de unos cuantos minutos estamos los dos extasiados.
Definitivamente tener sexo era una buena terapia para empezar el día. Ella se retira de mí, se dirige a mi baño privado y allí se organiza, después de ella hago lo mismo, no acostumbraba a esos encuentros con ella en la oficina, pero tampoco me disgustaban.
-Amor, espero ya no estes molesto conmigo, ahora debo ir a concretar unos negocios, te veo luego, Keyra me lanza un beso con su mano y sale de mi oficina, entre los dos no era normal las caricias y la ternura, así que asentí y con la mano me despedí.
Estaba un poco relajado, los últimos días se estaban tornando más agradables, pero le hacía falta algo a mi día para ser perfecto, tenía que saber cómo estaba Camille, busco su número en la base de datos, la llamo, pero esta apagado ¡yo y mi memoria!, recuerdo que no tiene un teléfono ahora, y que esta incapacitada, como mi prometida ya habia arreglado mi agenda para estar ausente, decido ir a la tienda de tecnología por un teléfono celular , luego iré a su casa, no puedo pasar más tiempo sin saber de su salud.
Después de mi recorrido, llego hasta su casa, no es un lugar tan agradable, pero era donde ella habitaba y yo eso lo respetaba, conocía su humildad, y sabia su procedencia, de verdad no me desagradaba, antes una situación así me frustraba, no entendía que hay personas que no tienen las mismas oportunidades, miraba la pobreza con odio, pero desde hace unos años acá la vida me cambio.
Decidido golpear, pero alcanzó a escuchar unos gritos detrás de la puerta, al parecer hay una discusión en el interior de la casa.
- ¡Dame ese dinero muchacha estúpida! En tu trabajo vas a aganar mas
-Ya te dije que no tía, devuélvemelo, eso no te pertenece
-Me lo debes por vivir aquí gratis tanto tiempo y no echarte a patadas como lo mereces, dame eso para acá
-No tía, ¡que no! Dame mi dinero
Andy piensa si golpear o retirarse, pero a pesar de no conocer gran cosa de Camille, en ese momento sentía una rabia infinita por lo que estaba escuchando, así que sin ni siquiera golpear decide empujar la puerta, las dos mujeres se quedan estáticas cuando lo ven, Camille se ruboriza de inmediato, y su tía, se sonríe
- ¡Vaya!¡vaya!, que tenemos aquí ¡el riquito que te trajo el otro día! Dice mientras mira a Camille
-Si señora, no entiendo la razón de su maltrato, sacare a Camille de aquí para que no viva más con usted.
Camila hace gesto de no estar entendiendo nada. Sin embargo, aprovecha la oportunidad.
-Tía ya lo ves me voy, poro devuélveme mi dinero por favor, no es tuyo.
-No lo devolveré, ya el riquito te llevara con él, pues que te dé más dinero
Me acerco y le rapo el fajo de billetes fuertemente- Señora este dinero no le pertenece, ese dinero es de Camille que trabaja fuertemente para conseguirlo, ahora Camille vamos a alistar tus cosas- Le digo mientras le señalo al segundo piso.
- ¿Cómo sabes que duermo allí?
Me sonrojo por la pregunta, no le podría decir que ya la habia espiado.
-Es pura lógica, los cuartos quedan en el segundo piso, al menos que duermas en la cocina- Le respondo para zafarme del incomodo momento.
-Si tienes razón, vamos- Ella trata de subir las escaleras a saltos.
La tomo por la cintura y la cargo como si fuera una niña pequeña, sus ojos ahora están más cerca de los míos, y vaya que tiene unos ojos color miel hermosos, Camille no es una chica como las que estoy acostumbrado a frecuentar, es una chica de cabello castaño, ojos claro y una tez blanca, no tiene una sola cirugía o retoque en su cuerpo, lo que hace que su naturalidad resalte, tiene unas pestañas largas y unas cejas bien perfiladas, observarla para mi es un placer.
Al cargarla para subirla, me doy cuenta de que su figura es bastante liviana y frágil, aunque se ve que es una mujer bien proporcionada, su delgadez debido a su mala alimentación se hace presente, es mi deber ayudarla, no quiero que este más en esta situación tan precaria, si calificó a mi compañía sin ningún tipo de recomendación como es costumbre, es porque de verdad tiene mucho talento y eso debía conocerlo.
Ella vive en un pequeño cuarto húmedo del ático de esa casa, solo tiene una cama y una caja con sus prendas de vestir que por su puesto siguen siendo viejas como la casa en donde vive, pensándolo bien, ¿que se podría llevar de aquí Camille?
-Veo que no tienes mucho que sacar de aquí ¿verdad?
-No, la verdad me vine de mi pueblo con solo una maleta, la ropa que he levado a la empresa ha sido la que por caridad mis tías y mi madre me juntaron, en el pueblo no necesitaba estar muy bien presentada que digamos.
-Bueno lleva solamente dos pares de camisetas, mientras iremos de compras, no vas a llevarte nada de eso que está en esa caja.
-Pero señor, el hecho de que tenga el dinero que me presto, no quiere decir que lo vaya a invertir solo en vestuario, debo cubrir el nuevo lugar en donde viviré, usted lo sabe.
-Si claro, eso todo lo tengo claro y solo has recibido un sueldo en la compañía, mira tu no te preocupes por nada, digamos que te adopte
Camille suelta una carcajada, lógico, se sorprendía de tener un padre adoptivo de la misma de ella, y por supuesto con las más negras intenciones, pero que por respeto no se las iba a decir, cada vez que me acerco a ella crece mucho más esta obsesión.