Capítulo 6 LUNES CERO AGRADABLE
LUNES CERO AGRADABLE
Narra Camille
Wow que bendición, nuevamente lunes ¡que feliz me siento de ir a ese hermoso trabajo!, más feliz aun que ni siquiera tengo mi viejo teléfono para llamar a mi madre, que maravilloso.
- ¡Escuincla! ¿cuándo traerás dinero y te largaras de aquí? ¡eres un estorbo! -salgo corriendo como puedo, esos son los buenos días de mi adorada tía, tengo que salir con una hora más de tiempo, hoy tendré que hacer maromas para llegar a la oficina, no tengo un céntimo para el tren.
Camino hasta la estación, esperando que milagrosamente su vigilante simplemente se descuide para poder colarme, no quiero llegar sudorosa al trabajo, suficiente con la apariencia de mi ropa, para llegar como si fuera una pordiosera.
Diez minutos después sale a cambiar el turno, como puedo salto la barda, cuando lo hago mi pie resbala cuando cruzo al otro lado y siento como se tuerce, chillo del dolor, pero debo seguir o me atraparan, unos cuantos metros después me veo, y tengo el pie inflamado y torcido, muero de dolor y de la angustia, ¿pero por qué la vida es así conmigo?
Con mi pie inflamado, la dignidad por el piso, caminando coja y con deseos inmensos de que se abra un hueco en la tierra y me trague, llego a la compañía ALF, como perdí mis documentos, pido al vigilante que me ayude, mi querido jefe supuestamente pidió un permiso especial pero aquí está de nuevo: ¡no habia ni un mie****!
Lloro muy frustrada, no puedo creer la capacidad de Andy Alf para humillarme, no comprendo nada, ¿si era que disfrutaba verme mal? ¿o se estaba burlando de mí? Ya eran las ocho y quince minutos, muy seguramente iba a perder mi empleo por llegar tarde, Marta mi jefe inmediato era una mujer muy consideraba, pero sobre ella, el resto de las personas tenían aserrín en el cerebro y la palabra compasión no era un concepto frecuente en sus diccionarios.
Estoy muriendo del dolor, mi tobillo ahora esta mas inflamado, siento como dentro de mi piel mis articulaciones tienen pequeñas vibraciones, el pie esta mas caliente, trato de ponerme firme y caminar de nuevo a la portería, pero allí estaba, derrotada y mal vista, ¿Por qué me pasaban estas cosas?
El vigilante se acerca con su teléfono de seguridad y me lo pasa
-Disculpe es para usted- se aleja dejándome recibir la llamada
Vaya, olvidaba que en esta empresa había cámaras hasta en el baño, ¿qué me hacía pensar que Marta no se daría cuenta de mi estado.?
-Hola- Contesto disimulando mi dolor
-Camille Ibis, por amor al santo ¿Qué estás haciendo en la puerta de la compañía, van pasados dieciocho minutos?
-Tuve un accidente, el viernes pasado al salir de la empresa fui víctima de un robo y perdí mi identificación, todos mis documentos estaban en el bolso que perdí, incluido el carné de la empresa. No me han dejado subir, además no puedo ni caminar, me lastime un pie.
-Tu y tus excusas mujer, pero te salvaste porque me quedan tres horas más siendo tu jefe inmediato, ya doy la orden de que te dejen ingresar, pero te advierto que la nueva supervisora no será tan condescendiente, ahora te explico.
Subo como puedo, me duele demasiado el pie, apenas puedo sostenerme, me dirijo a la oficina a los debidos descargos, y allí esta ella con sus lentes sobre las narices, mirándome enojada, pero con cierta compasión, como si lo que se aproximaba fuera peor de lo que ya estaba viviendo, eso me hacía temblar.
-¿Qué te paso muchacha?- Me pregunta fingiendo que le importa mi estado
-Tuve un accidente en la taquilla del tren, ya ves mi suerte.
Ella hace una mueca con su boca, imprime mi llamado de atención para que lo firme, ya era el segundo en un mes, si firmaba el tercero me despedirían de la compañía sin compasión.
-Mira yo ya me voy hoy, ya cumplí mi ciclo con esta compañía, y me han jubilado, se hará cargo de este departamento Samanta Noriega, la psicóloga de recursos humanos, con ella no tienes oportunidad de nada, si quieres conservar tu puesto, debes empezar hasta por mejorar tu forma de vestir Camille.
La miro frustrada, ni siquiera tenía dinero para poder regresar a mi casa, ahora si para “cambiar mi forma de vestir”
-No estoy tan mal Marta, solamente yo me visto así y ya.
-Sabes que no es así, si mi ropa te quedara buena te juro que te la daría toda, pero sé que no somos de la misma talla, ahora por favor ve a tu oficina, debes entregar un informe lo más pronto posible, el señor Alf lo está necesitando, necesita hacer una evaluación de indicadores de gestión.
Cuando ella me dijo eso mi cerebro quedo nulo, yo solo sabia de contratación de personal y como mantener su cerebro equilibrado, algo que era muy irónico, porque ni siquiera era capaz de mantener equilibrada mi conciencia.
Entro a mi oficina, veo el montón de papeles que me han dejado para revisar, tengo hambre, frio, sueño, cansancio, solo quiero que ese maldito lunes termine de inmediato, así que me pongo a hacer lo que me corresponde.
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Mientras tanto, Camille no era la única que se habia levantado de malas pulgas esa mañana, Andy estaba totalmente poseído por el demonio de la ira, desde el momento en que la noche anterior se había acostado a dormir dos horas más tarde de lo acostumbrado, su genio estaba fuera de control , solo habia dormido cinco horas y no alcanzo a hacer su rutina diaria de ejercicios, su empleada no tuvo su desayuno a tiempo porque la waflera tuvo una avería de último momento, y para rematar su chofer llego tres minutos tarde. Su día estaba empezando a las ocho y cuarenta de la mañana, seria cuarenta minutos que no tendría de donde reponer.
-Cristine ¿que tenemos para hoy? - Andy llega al piso donde está ubicada su oficina, ni siquiera saluda a nadie, ya todos sabían que el que cometiera un error ese día como las otras veces le podría ir muy mal.
-Buenos días dotor, si tenía una reunión virtual a las ocho de la mañana, pero los socios dijeron que podría ser a las diez sin problema, luego de eso tiene una reunión con el señor Jones y su sobrino Mario, luego a las diez le reunión virtual reprogramada, a las 12 del día tiene su hora de almuerzo hasta la una, sobre la una y cinco minutos están en su mesa los informes de gestión humana para su revisión…luego
-Entendido, no me diga más, ya tengo claridad de toda mi agenda, ahora, vaya siga trabajando si la necesito le aviso.
El entra a su oficina y todo está en el perfecto orden como lo habia dejado el viernes, esa mañana su cerebro estaba totalmente en blanco y ni siquiera se habia acordado de Camille, el jamás era un hombre desprevenido y poco cordial, pero el domingo habia sido un día fatal, que le borro todo lo bueno de su cabeza haciendo que sus recuerdos a corto plazo se olvidaran, era una extraña condición que padecía.
Por su lado Camille seguía en su oficina sumergida en el dolor de su tobillo, era tan fuerte, que ni siquiera le permitía concentrarse, justamente esa mañana era el cambio de jefe, debía entregar unos informes a la presidencia que le estaban costando trabajo. El mal día, la falta de alimentos, el dolor en su tronchadura y sus malas condiciones económicas la estaban quebrando.
Aunque sus lágrimas recorrían su rostro, trataba de ser lo más fuerte, sino entregaba ese informe antes de la una de la tarde, perdería su puesto, y ahora no estaba en condiciones de nada.
Se sentía frustrada, ni siquiera podía salir de su madriguera, en la compañía, los empleados tenían acceso a café y snack ilimitado, pero esto la mayoría lo consumían los del personal de limpieza, por lo general los de planta con sus grandes salarios no requerían de tal auxilio, ella no desayuno ese día, su estómago estaba crujiendo, pero ese lunes estaba más mal vestida que de costumbre, para rematar su zapato se rompió cuando se accidentó en el tren ¿Qué más podía pasar? ALF Y ASOCIADOS , no es un sitio para una mujer como ella.
Pasan las horas y a duras penas puede terminar el informe, se lo envía a su jefe y está no tuvo oportunidad de revisarlo , así que se lo envía directo a Andy.
Después de cuarenta minutos de una exhaustiva revisión, ya llegando al final del informe cuando creyó que estaba casi perfecto, Andy encuentra un error de sintaxis. No era un buen día “para errores”.
- ¡CRISTINE! ¿Quién CARAJOS HIZO ESTE INFORME? -le grita a su secretaria por teléfono.
La pobre Cristine solo pone cara de angustia, sus ojos están vidriosos ahora y su voz le tiembla para contestar.
-Se…señor fue en recursos humanos, pero no estoy segura de quién fue, ya que Marta lo envío directo.
-Dile a Marta que el sujeto que hizo mal este informe tiene quince minutos para que llegue a mi oficina ¿Entendiste?
-Ay señor, si señor.
Marta recibe la llamada de Cristine y mira con compasión a Camille, quien está pálida y al borde de un desmayo
-Tienes diez minutos para ir donde el jefe, te deseo mucha suerte
Camille maldice para sus adentros ¿Ahora que quedó mal? Parecía que su historia en la compañía se estaba acercando al fin, se iba a resignar a buscar otro empleo para mantener a su madre. Era lo máximo que podía hacer.
Sale de la oscura oficina, es el centro de atención de sus compañeros , está desaliñada, pálida , coja, su cabello en desorden y su dignidad por el piso. Las mujeres cotillean a su alrededor y se burlan, los hombres la miran con desprecio, para ninguno de ellos era atractiva, la veían como el patito feo de la oficina.
- ¡Claro miserables!, cómo todo el sueldo lo usan para ropa y maquillaje, no saben que es tener su madre enferma -Camille murmura para sí misma.
Faltando un minuto para los diez que le había ordenado Andy, llega y toca la puerta. Ya no le importaba lo que ese horrible hombre le fuera a decir.
-Siga- la voz gruesa se Andy le da autorización.
-Buenas tardes, ¿me necesita doctor? – la voz de Camille está afligida.
Andy ni siquiera la voltea a mirar, solo se dedica a gritarle mientras mira la pantalla.
-Aquí no le pagamos para que haga las cosas mal, le hace falta la conclusión al informe, ¿Necesita que la compañía respalde sus estudios acaso?¡ Necesita aprender a redactar más! -El tono de voz de Andy ahora era sarcástico.
-Señor al informe no le hace falta la conclusión, no es necesario que lleve un título que diga conclusión, por eso dice allí, “para terminar este informe”. Eso se toma como la conclusión, pero si lo desea, ya mismo lo modifico.
Andy levanta la cabeza al escuchar esa voz, sus ojos se abren como platos, su malgenio no le había dejado pensar en la jovencita de los viernes en la noche y allí la tenía frente a él.
-Camille ¿Qué le ha pasado? ¿Por qué está tan pálida? - la voz de Andy ahora ya no es tan dura
-Me paso que el viernes me robaron, tuve que saltar la barda de la registradora del tren y casi me parto el pie, ¡porque mi jefe me dio un cheque sin una firma! y pues bien aquí estoy. Sin ni siquiera probar un bocado hoy, aguantando su puto genio. – Camille sintió como su corazón se llenó de ira, ¿de verdad que no se acordaba?
--Regule su lenguaje Camille ¡no entiendo, ¿Por qué me está hablando así? ¡no sabía todo lo que le pasaba. -Las mejillas de Andy se sonrojan
-Por mi puede despedirme si quiere, ya no me interesa está empresa, su empresa es una elite, todos son unos mezquinos, igual que usted, arrogantes y fifirisnais -Camile hace una mueca frunciendo el ceño y arrugando la boca- este gesto le parece cómico a Andy, Quien se lleva la mano a su barbilla mientras la escucha.
Todas las mujeres usan largos cabellos lisos, tacones de marca, trajes de diseñador, ¿yo que puedo hacer con mi sueldo de secretaria? Soy profesional y aquí me tratan como una miserable, haciendo informes, no es que sea un pecado mi trabajo, pero estudie por más de seis años para especializarme en gestión humana. -Camille iba aumentando el tono de voz a medida que decía cada palabra.
- Y es que sabe que señor Andy- Si quiere echemee, echemeeee señor Andy.
Andy se sorprende por todo lo que ella le estaba diciendo, si él estaba pasando un mal día, Camille realmente estaba teniendo una mala vida.
-Bueno yo no tengo la culpa de lo que a usted le esté pasando, pero siento que todo tiene una solución. Siéntese por favor. – Andy le señala la silla frente a el, de momento recuerda lo que el había prometido el viernes, y se siente un miserable.
Camille se sienta, no deja de fruncir el ceño, tiene ganas de llorar, pero no sé le permite, no le iba a demostrar a su jefe que estaba totalmente acabada.
-Quiero ofrecerte una disculpa, yo tengo muy poca memoria a corto plazo, tengo que tomar nota de todo, y desafortunadamente el viernes pase por alto.
-¡Pero me entrego un cheque sin firmar! Fue una humillación muy grande para mí.
-No entiendo Camille, cómo que sin firmar. Enséñeme el cheque que le di.
Camille saca el cheque de su bolsillo y se lo pone de mala manera en su escritorio
-Humm si tiene mi firma, muy seguramente la cajera se equivocó y no válido, ya mi firma es invisible para evitar una falsificación en los cheques, ya mismo llamo al banco, haré que despidan a esa inútil mujer, gracias a ella, mírese usted esta así. -Andy toma el teléfono, su genio cambio, de verdad estaba molesto por lo que paso en el banco.
- ¿Qué? O sea que siempre tuve el dinero -Camile le dice irónica
-Si aún lo tiene- Andy estira su mano y le pasa el cheque de vuelta a Camille.
-No señor, discúlpeme, no quise causarle tal molestia, de verdad, pero que vergüenza. – Camille se tapa la cara y se agacha, sentía que había cometido el error de su vida, ahora sí su jefe iba a echarla.
-No es ninguna molestia, ya no estoy molesto, ahora dígame ¿Está enferma? Su semblante es terrible el día de hoy.
-No he tomado ni un agua, no he tenido dinero para comprar comida.
Andy se sonroja, ningún empleado de su compañía debía estar sin alimento, esa era una de sus políticas, por eso sus sueldos eran buenos, inclusive el de Camille.
-¿Por qué razón? ¡Como expone su salud de esa manera! Desde el comienzo del día debió venir a mi oficina, yo le hubiera hecho el depósito en efectivo, además en la cafetería del piso hay un montón de saludables snack. ¿Por qué carajos no ha comido algo Camille? – La posesiva voz de Andy se hizo presente.
-No le digo que estoy confinada en una ratonera que tengo por oficina, no se en que mundo vive usted que sueña que a todos los empleados nos tratan igual, por mi forma de vestir, me tienen trabajando en un tugurio.
- ¡Lo sé, lo sé!, está bien voy a hablar con su nueva jefe inmediata, de eso no me encargo yo. Ahora le daré unos dólares más como parte de la dotación de la empresa y compre la ropa necesaria, tómese el día libre. Andy saca otro cheque y se lo entrega.
-Yo no necesito su misericordia señor Alf. Para eso trabajo, y si no me quieren ver así, pues que se aguanten, y sabe que si quiero el día libre pero para ir al hospital, me accidente, mire mi pie y gracias a su informe no he podido atenderme, es seguro que necesito revisión médica. -Camille echa la cabeza hacia atrás, debía decirlo, estaba realmente adolorida, necesitaba ver a un médico de inmediato, ella sentía como su pie estaba hinchándose más.
-Señorita Camille, eres la reina de los descuidos y de la falta de amor propio, ¿Qué más falta?, déjame revisarte
Andy se levanta de su gran escritorio y da la vuelta hasta la silla de Camille, el en un acto de nobleza, se agacha frente a ella , casi quedando que de rodillas, toma su pie, ve sus zapatos desgastados y sus medias un poco viejas, su pantalón es de una tela bastante anticuada, para él, esta mujer estaba en la extrema pobreza, empezó a subir la manga del pantalón y se da cuenta que Camille tiene una hermosa piel blanca y suave al tacto , para sus adentros se le viene algo muy superficial, ¿Cómo es que una mujer con su poca capacidad económica podría cuidarse tan bien la piel?.
Sigue recorriendo con su mano su pantorrilla, aunque la tronchadura era en el tobillo, el inconscientemente no puede evitar tocar un poco más su piel, sus ojos ahora están confinados en ese espectáculo, que, aunque extraño, le causaba una agradable sensación.
- ¿Qué, jamás habia visto unos pies tan pobres acaso? - Camille le pregunta sacándolo de sus pensamientos, mientras con dificultad mueve su piel, tratando de apartarlo
Andy reacciona, y vuelve en sí.
-Discúlpame, tienes una hermosa piel, muy agradable al tacto- El le dice mientras la mira a la cara
- ¿Disculpe?, ella se corre hacia atrás evitando que el la siga tocando, aunque le encantaría que la tocase mucho más, ella sabe que eso no es una reacción normal, así que decide marcar la distancia
-No lo tomes a mal Camille, solamente es algo que detallé, pero ven déjame revisarte-Andy se acerca nuevamente y le toma el pie, ahora si centrado en su tobillo, sube sus pobladas cejas, se da cuenta que la lesión de Camille está bastante oscura, tiene un tono morado y está bastante inflamada, no entendía como ella se estaba soportando el dolor.
Ella lo mira a los ojos, no puede creer que su jefe guapetón la estuviera revisando como si de un amigo se tratara y eso la ponía nerviosa, hace unos momentos estaba deseando que Andy Alf se muriera, y ahora estaba desenado que le tocara más allá que su pierna.
-Camille, vamos al hospital, su pie está bastante inflamado, es necesario una atención media, o usted podría perder su pie.
- ¡No doctor, yo aún estoy en periodo de prueba!, además debo de ir a cobrar el dinero, la seguridad social no me cubriría los gastos y en autobús no me reciben este papel para pagar mi pasaje y mucho menos en el tren- Le dice ella siempre con un tono de sarcasmo, era así como se estaba acostumbrando a dirigirse a Andy, a ella le molestaba que el estuviera tan alejado de la realidad.
-Bueno usted se accidento por cubrir sus deberes, lo menos que puedo hacer en este momento es que la compañía cubra todos los gastos médicos extras que tenga fuera de la seguridad social, además yo mismo la llevare- Se acerca a una pequeña caja que tiene al lado de su silla, la abre saca un fajo de dólares y se los da. – No se preocupe por ir al banco a canjear el cheque en esas condiciones, ni siquiera llegara a la esquina.
Camille se queda boquiabierta por todo lo que él está haciendo ¿es un sueño? Se pregunta a sí misma, si era un sueño, quería que la despertaran ya, nadie se habia interesado tanto por ella en los últimos días.
-No hace falta señor Andy, yo – ella agacha la cabeza y sabe que por más que quiera no se puede negar- solamente puedo pedirle que me lo descuenten de mi salario en bajas cuotas, la verdad no podría pagarlo en grandes sumas, debo cubrir los gastos de mi madre.
Andy la mira como si ese dinero no significara nada para él, simplemente se lo entrega, se abrocha su chaqueta, y la mira con ternura.
-Camille, después arreglamos la forma de pago, ahora vamos por favor, ven te ayudo- Él se acerca a ella, la toma del cuerpo y le pide que ponga su brazo en su hombro, pero como es tal alto, mejor le pide que lo tome de la cintura, ella siente nervios al tocar su cuerpo escultural, se pueden sentir sus músculos trabajados y siente pánico.