Al fin el coche se detuvo, Serena lo agradeció ya que su estómago era un completo revoltijo. Seguía sin levantar la vista, hasta que alguien pone una mano sobre su hombro.
—Bájate —Le ordenan.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread