Capítulo 8 Pitágoras estaría tan decepcionado de ti

Una extraña mezcla de sentimientos se había apoderado de mí. Frustración, enojo, ganas de convertirme en asesina... además de tener frío y hambre mientras esperaba el autobús frente al colegio. Necesitaba urgentemente abrir una bolsa de papas y acurrucarme con una cobija en el sofá, para ver un maratón de The Big Bang Theory. Bajé más el gorro para ocultar mis oídos y metí las manos dentro de los bolsillos de mi abrigo. La lluvia no dejaba de caer, la noche se acercaba a pasos agigantados, y el bendito autobús nada que se le ocurría pasar. ¿Qué faltaba? ¿Qué también hiciera tormenta? Alcé la mirada cuando vi un reflejo en el cielo, seguido de un fuerte estruendo que provocó que todos los vellos de mi nuca se pusieran de punta. ¡Vamos, Fanny! Sigue abriendo tu enorme boca. Puse los ojos en blanco y comencé a caminar bajo la lluvia, no me quedaría ahí esperando a que un rayo me callera encima y me rostizara. No es que le tuviera miedo a las tormentas eléctricas. No, por supuesto que no era eso. Solo le tenía miedo a lo que ellas podían hacerme. Aún me consideraba muy joven para morir calcinada. El temblor en mis extremidades a causa del frío se volvía peor con cada paso que daba, estaba completamente empapada, definitivamente solo faltaba que un auto pasara mojándome más de la cuenta y que un mono me callera encima. No había dado ni diez pasos, cuando un auto pasó a gran velocidad, vaciando una enorme cantidad de un charco de agua sobre mí. Me detuve y suspiré con fuerza. —¿Dónde está el mono? —grité abriendo mis manos. Gruñí de frustración emprendiendo el camino. ¿Era mucho pedir aunque sea un taxi? Segundos después, un Porshe color negro se estacionó a mi lado. Me detuve cuando escuché una peculiar voz llamarme. —¿Qué pasa Frankie? ¿Quieres ganar una neumonía? ¡Entra ya! —giré mi cuerpo lentamente hacia él y sonreí sarcásticamente. —Prefiero la neumonía, a compartir un auto contigo —le respondí secamente. Su risa divertida resonó por todo el auto. Volví a caminar y él comenzó a conducir a mi lado. —¡Venga Julieta! Deja tu orgullo aunque sea por unos minutos. Prometo que te llevaré a tu casa —puse los ojos en blanco. —No me digas Julieta. —Tranquila nena, tú siempre serás mi Frankie —alejé mi rostro para ocultar mi tonta sonrisa. ¿Qué te pasa Frankie? Fruncí el ceño... ¿Frankie? ¡Fanny, carajo! Continué caminando, pero un nuevo estruendo en el cielo me recordó que una gran tormenta se avecinaba. Me giré hacia Gael y traté de sonreírle. —Bien —dije, caminando hacia la puerta. Él sonrió y se inclinó para abrirla. Me deslicé en el interior y cerré de prisa. Cerré mis ojos y dejé escapar un largo suspiro, ¡Genial! Traía el calefactor puesto. —¿Por qué ahora eres amable? —pregunté minutos después—. Si recuerdas que arruiné tu tarea. Volvió a sonreír; un perfecto hoyuelo se formó en su mejilla izquierda. Levanté la mirada hasta su cabello, no voy viendo sus labios, esos perfectos labios que casi me besan ayer en la mañana, ¿Por qué tendría que verlos? ¡Sube la jodida mirada! —Y tú recuerda que también arruiné la tuya. Ya estamos a mano. —Gira a la derecha —le pido, cuando llegamos al cruce que lleva a mi casa. No hablamos más durante el resto del camino, ¿Qué tendría que hablar con él después de todo? ¿Sobre nuestro papel de Romeo y Julieta? —Es aquí —digo después de que entramos a mi vecindario. Las luces de mi casa están todas apagadas, mientras que en la de Sky, el alto volumen en la música se hace oír incluso sobre el fuerte ruido de la lluvia. ¿No era genial que Sky resultara ser también mi vecina? Gael estacionó frente a la vieja casa de madera que mi madre compró con la liquidación de su antiguo trabajo. —Gracias por traerme —dije, dando un asentimiento hacia él. Abro la puerta del auto y después corro hacia el porche de la casa. Con las manos temblorosas a causa del frio, meto la llave en la cerradura y abro la puerta. Doy un respingo acompañado de un grito justo después de que Gael entrara detrás de mí como si estuviera en su casa. Camina hacia el sofá y se sienta en él, tomando el control remoto. —¿Qué crees que estás haciendo? —frunzo el ceño, recostándome a la puerta. Él eleva su mirada y sonríe despreocupadamente. —Digamos que el haberte traído a casa no fue de gratis, necesito algo a cambio. —No voy a acostarme contigo, debes de rendirte de una buena vez —le comunico entrecerrando los ojos. —Sabes Frankie, lo que pasa es que ni siquiera lo he intentado —sube los pies a la mesita de noche y se recuesta al sofá. —¿Qué quieres, Gael? Mi madre y mi primo llegarán en cualquier momento y no quiero que me encuentren aquí contigo. —Necesito tu tarea de matemáticas —suelta sin ninguna pizca de broma. —¿Qué cosa? —Dee, mi prima, la chica que dice mil palabras por minuto. Ella no me ha querido ayudar en matemáticas desde que tú y yo nos dimos un baño —pongo los ojos en blanco al recordar ese desagradable momento—. Mi hermano tampoco ha querido ayudarme y verdaderamente soy un asco en matemáticas. —¿Tú hermano? ¿Y él que tiene que ver en esto? ¡Ni siquiera lo conozco! —Claro que sí. Caleb, casi igual de atractivo que yo ¿Lo recuerdas? —abrí mis ojos como platos ¿Caleb es su hermano? ¡Oh rayos! ¿He estado hablándole mal a Caleb de su hermano todo este tiempo? ¡Qué ingenua eres, Fanny! —¿Y qué te hace pensar que yo soy buena en matemáticas? —Eres jodidamente buena en todos los otros cursos. —Da igual. No voy a ayudarte —dije cruzándome de brazos. —No me iré de tu casa hasta que me ayudes. —Tarado. —Engreída. —Egocéntrico. —Presumida. —Idiota. —Atractiva. —Renacuajo. —Julieta. —¡Cállate o no te ayudaré hacer nada! Sonrió victoriosamente y llevó ambas manos detrás de su cabeza. —Voy a cambiarme la ropa. Quédate aquí y no toques nada —espeté señalándolo con mi dedo índice antes de subir las escaleras. Me encerré en mi cuarto y saqué unos pijamas de Angry birds de mi ropero. No me culpen, amo el juego de las avecitas. Me cambié rápidamente y sequé mi cabello antes de bajar. Cuando bajé las escaleras, Gael se encontraba de pie observando la pecera de mi madre; tenía una bolsa de papas en una mano y mi... ¿Móvil? En la otra. —¿Qué haces con mis papas y mi móvil? ¡Te dije que no tocaras nada! —espeté, mientras le arrebataba mis papas y después mi teléfono. —Tenía hambre y tú eres pésima para atender a tus invitados, tuve que servirme yo mismo —dijo encogiéndose de hombros. —Nunca toques mis papas —le advertí. —Por cierto, tienes un mensaje de Súper Man. Quería saber si habías llegado bien a tu casa —golpee su cabeza con la palma de mi mano. —¿Leíste mis mensajes? —Por supuesto. Y para que veas lo bueno que soy, le contesté que yo me encargué de traerte a salvo. —No me hagas arrepentirme de ayudarte. Dos horas y media después, nos rodeaba una gran cantidad de bolas de papel, basuras de lápiz y un renacuajo presionando su cabeza contra la mesita de noche. Ambos nos encontrábamos sentados en la alfombra, tratando de realizar inútilmente los ejercicios. Di otro sorbo a mi soda mientras le tomaba otra foto a su notoria frustración. Luego haría un collage con ellas y se las dejaría de regalo pegadas en el parabrisas de su auto. —Pitágoras estaría tan decepcionado de ti —dije negando con la cabeza. ¿La verdad? No tenía ni la más remota idea de lo que le estaba explicando. También era un asco en matemáticas, y no admitiría frente a Gael que Pitágoras también estaría decepcionado de mí. Solo que... estaba disfrutando tanto ver el sufrimiento de Gael, que podía seguir fingiendo ser una experta en el tema por un rato más. —Eres una pésima profesora —dijo levantando su cabeza—. Si pierdo mi auto, será tu culpa. Reí a carcajadas. —¿El pequeño Gael tiene problemas en su castillo? —Cállate, Frankie. Tomé una bola de papel y se la lancé a su rostro. Gael hizo lo mismo de forma inmediata y yo volví hacerlo. De pronto, bolas de papel volaban por doquier, y cuando ya no había más papel, Gael se me echó encima haciéndome cosquillas. ¿Cuántas veces había visto esto en estúpidas películas de romance? ¡Infinitas! Y sabía que las cosquillas nunca terminaban bien. Trataba de liberarme mientras me revolcaba de la risa, pero Gael era mucho más grande que yo, por lo que no podía moverme. Intenté atacar de la misma manera, pero sostuvo mis manos a mis costados. Respiré profundamente para recuperar el aire. Los ojos azules de Gael estaban clavados en los míos. Traté de ignorar la gran corriente eléctrica que atravesaba mi espina dorsal ante la cercanía de Gael. Es solo el renacuajo, no es nadie. Las esquinas de su boca se alzaron en una arrogante sonrisa. —Voy a besarte, Frankie —anunció, bajando poco a poco su rostro al mío. Necesitaba salir de ese trance, necesito salir de ese trance, tengo que salir de ese trance. ¡Venga Fanny, tú puedes! —Antes... —dije llevando dos dedos a sus labios, centímetros antes de que llegaran a presionarse con los míos—. ¿Quieres hacerme un favor? —¿Quieres verme sin camisa otra vez? —preguntó sin dejar de sonreír. —No. ¿Podrías lavarte los dientes? Tampoco me tortures con tu mal aliento. Elevé mis cejas y sonreí cuando su presumida sonrisa se esfumó. Justo en el ego... —¿A qué saben tus labios, Frankie? —preguntó justo después de que regresara a su arrogante actitud de Ken. ¡Oh Dios mío! De pronto, la puerta se abrió, mi primo Adam estaba de pie en la puerta observándonos con la boca abierta. Gael se levantó de un salto y luego me ayudó a levantarme. Podía sentir mi rostro de mil tonos diferentes de color, sentía mi respiración pesada, pero no sabía si el motivo era el casi beso con Gael, o el hecho de que mi primo entró en el momento. —¿Fan? —llamó Adam después de salir del estado de shock. —Adam, él es Gael. Un compañero con el cual estaba realizando unos ejercicios de matemáticas —dije haciendo énfasis en cada palabra. —Claro —Adam asintió sonriendo—. Buena técnica la que utilizan ahora para estudiar —rió. Observé a Gael. Su expresión estaba totalmente en blanco mientras miraba a Adam. —Tranquilo hermano, Fan es mi prima —dijo Adam caminando hacia nosotros. Estrechó la mano de Gael y luego se dirigió hacia las escaleras. —Me das una bolsa de papas, o mi tía conocerá tu método de estudio —alargó desde las escaleras. —Has lo que quieras, cara de rinoceronte embarazado —le dije sacándole la lengua. Adam solo rió y terminó de irse. —Supongo que yo también debo irme —dijo Gael, inclinándose para recoger sus pertenencias. Asentí y me agaché a ayudarle a recoger. Lo acompañé a la puerta, me quedé observándolo mientras bajaba las escaleras del pórtico. —¿Gael? —él se detuvo y me miró sobre su hombro, mordí mi labio inferior y lo dije—. Lo siento, admito que soy un asco en matemáticas. Todo lo que te expliqué es incorrecto. Él sonrió y alzó sus cejas. —Me di cuenta de ello desde el primer ejercicio, Frankie —levantó su mano y la movió en despedida y luego corrió hacia su auto. Abrí mis ojos como platos mientras lo miraba alejarse. Renacuajo.
Ajustes
Fondo
Tamaño de letra
-18
Desbloquear el siguiente capítulo automáticamente
Índice
Capítulo 1 "¿Cómo rayos supo eso?" Capítulo 2 "Tres simples reglas que debes seguir para sobrevivir en johnson high" Capítulo 3 Soy sky blue y seré tu no amiga Capítulo 4 Enorgullécete de llevar mi ropa Capítulo 5 Usted manda, su real majestad Capítulo 6 Te gustan los rubios ¿eh, frankie? Capítulo 7 "Julieta ¿yo?" Capítulo 8 Pitágoras estaría tan decepcionado de ti Capítulo 9 ¿Ustedes son amigos? Capítulo 10 "Yo soy su frankie y él es mi renacuajo" Capítulo 11 "Te han atrapado, hermano" appCapítulo 12 "¿Por qué ya no me sorprende?" appCapítulo 13 Sí estando borracha appCapítulo 14 "Creo que me gustas, frankie" appCapítulo 15 "Diviértete, frankie" appCapítulo 16 "Porque hago lo que quiero, nena" appCapítulo 17 "No vas a lograr meterte en mi cabeza" appCapítulo 18 "¡Nadie está coqueteando!" appCapítulo 19 "Estaría ciego si no notara que tienes un buen trasero" appCapítulo 20 "Detén esas manos" appCapítulo 21 "Tengo una cita con sheldon" appCapítulo 22 "¡Fanny evangelina parker!" appCapítulo 23 "No sabes con quién te estás metiendo" appCapítulo 24 "¿Tienes el síndrome del eie?" appCapítulo 25 "Quiero que seas mi grano en el trasero" appCapítulo 26 "-Creo que estoy a punto de desatar el armagedón" appCapítulo 27 "-Kriss" appCapítulo 28 "-¡Lo voy a matar!" appCapítulo 29 "-Bienvenido a tennessee, idiota" appCapítulo 30 "-¿Qué fue lo que hizo ahora?" appCapítulo 31 "-No necesitamos un descanso" appCapítulo 32 "-¿Estás saliendo con caleb? appCapítulo 33 "-Tienes helado en tu rostro" appCapítulo 34 "-Veo gente muerta" appCapítulo 35 "-¿Tan cobarde eres, niña? appCapítulo 36 "Él simplemente es caleb" appCapítulo 37 "-¿Quién va a casarse?" appCapítulo 38 "-¿Rubia? estás más pálida que de costumbre" appCapítulo 39 "-Dale una lección, gael" appCapítulo 40 "Todo mi mundo se detuvo" appCapítulo 41 "-No quiero ver a nadie" appCapítulo 42 "-¿Tú estás embarazada?" appCapítulo 43 "-Algún día terminaré en prisión por tu culpa" appCapítulo 44 "-Lo hizo para que tú estuvieras aquí" appCapítulo 45 "-Aaron es la peor escoria de este mundo" appCapítulo 46 "-¿Es este el final?" appCapítulo 47 "-¿Desde cuándo soy fanny para ti?" appCapítulo 48 "-Feliz aniversario, tressa" appCapítulo 49 "-Feliz aniversario, tressa" appCapítulo 50: "-No me parece buena idea" appCapítulo 51: "-No quería lastimarlo" appCapítulo 52: "-Yo de ti no me movería" appCapítulo 53: "-Lo hice por lástima" appCapítulo 54: "-Porque he terminado con ella" appCapítulo 55: "-Un renacuajo" appCapítulo 56: "-¿No es obvio?" appCapítulo 57: "De Thomas y Gael, para Jonhson High" appCapítulo 58: "-Yo quiero tres para llevar" appCapítulo 59: "-Cometí un error" appCapítulo 60: "-¿Llegué tarde?" appCapítulo 61 Reencuentro appCapítulo 62 Bonus 1 appCapítulo 63 Bonus 2 appCapítulo 64 Bonus 3 appCapítulo 65 Bonus 4 app
Añadir a mi biblioteca
Joyread Español
UNION READ LIMITED
Room 1607, Tower 3, Phase 1 Enterprise Square 9 Sheung Yuet Road Kowloon Bay Hong Kong
Copyright © Joyread. Todos los derechos reservados