Capítulo 296 El precio de la misericordia
El ambiente en el comedor era denso. Ni Walter ni Yardley tenían apetito. Solo Tessa desayunaba como de costumbre.
Incluso se tomó el tiempo de darle un suave empujón a Walter. “Abuelo, solo por ti, no insistiré en lo que pasó anoche. Pero deberías comer algo. Aún no te has recuperado del todo—no puedes saltarte las comidas.”
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