Capítulo 283 Sin piedad
El dolor abrasador y la certeza de que el daño era permanente no dejaban a Thomas lugar para dudar de ella.
El sudor frío le empapaba el rostro. —Oye, solo estaba haciendo un trabajo, ¿vale? Alguien me pagó, yo seguí órdenes. ¡Déjame ir, por favor! Te juro que nunca volveré a acercarme a Avery Band. ¿No es suficiente con eso?
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