Capítulo 337 Y ahora, este disparate
—Director, cálmese—solo dígame qué está pasando—. Jean podía oír la urgencia en su voz; una sensación desagradable empezó a instalarse en su pecho, aunque su expresión permaneció serena.
—Jean, mira, la cosa es esta—dijo el director, suavizando notablemente el tono—, ¿todavía recuerdas los exámenes de clasificación?
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