Capítulo 280 Hola, princesa
Durante los siguientes segundos, Dante se quedó congelado en su lugar. No se giró para enfrentar a Ditto y no apartó la mirada del coche en el que estaba a punto de subir.
Su cabeza latía y su corazón latía al mismo tiempo, definitivamente no por las mejores razones. Su rostro se había endurecido en una mirada dura y aterradora.
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