Capítulo 120 Dante romano
Estando quieta en su sitio, Mireille intentó recordar si hubo momentos en los que Dante Romano se mostró cariñoso con otras chicas, pero no pudo recordarlo porque momentos así no existían. La única vez que Dante sonreía de verdad era cuando estaba con ella, burlándose de ella con el título de “princesa”. Ésos eran los únicos momentos en que sus ojos encontraban calidez.
-No tienes que mirarme fijamente y desnudarme con la mirada. Podrías desnudarme con las manos -le dedicó una sonrisa de lado, y Mireille apartó rápidamente la mirada de él, sintiendo que se ruborizaba al darse cuenta de que realmente llevaba demasiado tiempo mirándolo.
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