Capítulo 38 Mentiras
Por la tarde vinieron James y Doroty a mi casa, sentandonos los tres en la cocina para cenar la comida china que trajeron, sacando del frigorífico la bebida, poniendo la mesa entre James y yo. De pronto escuchamos tocar al timbre mirándonos los tres extrañados, ya que nadie sabía que yo vivía en ese apartamento.
—¿Quién puede ser? yo no le he dicho a nadie que vives aquí — comentó Dorothy.
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