Capítulo 25 No puedo desearla
Kevin ingresó a la oficina de Gerald, y lo encontró comiendo unas uvas que Myriam le había llevado.
—¡No lo puedo creer! —exclamó—, el todopoderoso señor Lennox comiendo en la oficina —bromeó—, veo que Myriam está haciendo milagros.
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