Capítulo 5 "Paraíso"
Tal y como lo había predicho Noel, una hora más tarde, Sue le comenzó a enviar mensajes de texto.
Sue [01:10]:
Dime que al menos hay algo bueno en ese viaje todo pagado al paraíso...
Sue [01:11]:
Sé que nunca nos hubieras botado si de ti dependiera.
Sue [01:11]:
Lo siento :(
Victoria [01:12]:
Es literalmente una isla... y el maldito trajeado es atractivo.
Sue [01:13]:
¿Qué tan atractivo? Porque hay demasiados hombres atractivos en este mundo.
Victoria [01:13]:
Un 10 tal vez 11...
Victoria [01:14]:
Desagradablemente atractivo, y tiene una mirada de mierda. Tal vez si lo buscas en google aparezca, me niego a seguir hablando del RICACHÓN.
Sue [01:15]:
Lo haré.
Sue [01:13]:
Vete a la cama.
Sue [01:13]:
Prometo mantenerte informada de absolutamente todo lo que pase en Europa.
Victoria [01:15]:
Gracias :)
La mañana siguiente, no pasaban de las 7 de la mañana y ya el intenso calor no dejaba que Victoria, continuara durmiendo. La noche anterior no se molestó en abrir su maleta y buscar un pijama, se había lanzado sobre la cama y conseguido patear sus zapatillas lejos, ni siquiera el aire acondicionado había encendido.
Sin saber que hacer volteó su maleta en el centro de la habitación y recordando a su adorable madre, desempacó, para luego darse una refrescante ducha. Al cabo de 20 minutos, se encontraba vestida con un short y una sudadera sin mangas. Salió de la casa armada con sus lentes de sol y su iPod. Quería caminar, y la fresca brisa de la playa era perfecta para una caminata con sus infaltables auriculares a todo volumen.
Cuando todo finalmente comenzaba a calmarse en la cabeza de Victoria, con todo el asunto del viaje con sus amigos arruinado, el malgenio de su madre y el asunto de estar en esa maravillosa isla enojada por el modo en que habían sucedido las cosas..., tuvo que aparecer él. Él causante de sus problemas.
Trotando a cámara lenta y vistiendo solo un short de deporte, apareció el denominado "Señor Rothschild", con su firme y tonificado pecho sudado, acompañado de ese sixpack que resplandecía sudoroso a la distancia y que más de uno envidiaría... Todo un espectáculo para ser tan temprano por la mañana. Sin detenerse, Victoria, continuó caminando fingiendo no mirar, furiosa porque fuera tan atractivo. Pero Matt, ya la había visto, así que cuando pasó junto a ella, deliberadamente cerca, le dedicó una engreída media sonrisa y continuó concentrado en sus ejercicios matutinos.
Con una brusca sacudida de cabeza, intentó quitarse la imagen de la mente, y continuar con su caminata. Decidió ir a la zona de cabañas en donde se hospedaban todos los empleados que trabajaban manteniendo la casa y en las diversas actividades recreativas que poseía la propiedad.
Para las 10 de la mañana, cuando finalmente decidió regresar a la casa, se topó con sus padres reunidos con David (asistente del señor Rothschild) en la sala
-Buenos días.
Saludó David, cuando la vio entrar en la sala.
-Hola.
-¿Dónde estabas, amor?
Preguntó Hank, con cariño y de muy buen humor.
-Salí a dar un paseo, papá.
-¿Hace cuánto, Victoria?
-Como dos horas, no sé, hace un rato, mamá.
Contestó apretando los dientes para no soltar alguna palabrota.
-Vamos, Victoria, siéntate con nosotros, David nos está contando sobre las actividades que podemos realizar en la isla.
Con la mirada desaprobatoria de su madre sobre ella, Victoria, le hizo caso a su papá y tomó asiento en el sofá más alejado y escuchó la conversación. David básicamente les leyó un completo programa con horarios y todo tipo de información acerca de las diversas actividades con las que contaba la isla.
-Bueno, ya que son vacaciones, el desayuno lo servirán a las 10:30 de la mañana. Mi número ya lo tienen y está a su entera disposición en caso que quieran apuntarse a alguno de los recorridos o actividades que les mencioné, o en caso que necesiten algo, lo que sea, por favor no duden en llamar.
-Muchas gracias, David ¿te quedas a desayunar?
-Muchas gracias, Hank, pero tengo trabajo que hacer, pero les reitero, pueden llamar a la hora que deseen.
-¿Cuántos asistentes necesitan los ricachones?
Murmura Victoria, para sí misma, recordando a la sombra que acompaña al gran jefe a todas partes.
-Bueno, el señor Miller Anderson, es el asistente personal del señor Rothschild, yo tengo me encargo del trabajo de oficina.
-¿Y qué haces aquí?
-Me ofrecí a venir, Miller, no tiene mucha paciencia para estas cosas, además, esta isla es preciosa ¿no lo cree, señorita Victoria?
-...Claro
Asintió incómoda con la mirada aprensiva de su madre sobre ella.
Con una amable sonrisa, David, se despidió de la familia y se retiró. En cuanto estuvieron a solas, Jamie, no pudo aguantar las ganas que tenía de averiguar dónde y con quién había estado su hija.
-¿Dónde dijiste que estabas, Victoria?
-Por todos lados, fui a caminar, mamá.
-Dos horas... ¿con quién estuviste?
-Sola.
Contesta suspirando aburrida de siempre la misma pelea, aquí venía una de las tantas discusiones con su mamá, quien no hacía más que cuestionar todo en Victoria.
-¿Dónde te metiste?
Insiste Jamie, ya sin paciencia.
-¿Por qué siempre buscas pelear conmigo?
Resignada a tener que ceder, buscó ayuda en su padre, que las observaba en silencio.
-Jamie, cariño, basta, ve por Cami y desayunemos de una vez, Noel ya se encuentra en la sala.
-Bien.
Lanzándole una mirada de advertencia a su hija, Jamie, los dejó a solas. Hank, esperaba que Victoria le comentara algo en cuanto estuvieran solos, pero simplemente guardó silencio.
-Habla.
Pidió con calma.
-¿Para qué? No quiero gastar energías diciéndote que ya no la aguanto. No me deja en paz, ya no la soporto..., es..., solo eso.
-Victoria... ¿Qué está sucediendo?
Pidió Hank, preocupado por el modo en que su hija intentaba ignorar el tema para evitar una posible discusión, la conocía bien, y sea lo que sea que esté ocultando la afecta, y necesita saber qué es.
-Es lo que me gustaría saber, papá..., todo el tiempo quiere que discuta con ella, no me deja hacer nada, todo, TODO me lo critica. Aparentemente todo lo que hago está mal para sus ojos. No la tolero más
Confiesa abatida.
-Hay algo, tienes que decírmelo todo o no podré hacer nada al respecto.
Insiste acercándose al sofá en donde estaba cada vez más incómoda.
-Papá, yo no creo que eso sea buena idea, Jamie, va a regresar en cualquier momento y si me escucha, ella va...--
-Quiero saber lo que sucede entre ustedes, tu madre es estricta, pero está furiosa por algo en particular, y quiero saber de ti la razón, ya que estas directamente implicada.
-Si, por mi existencia...
Gruñe entre dientes, recordando porqué está enojada con su mamá.
-Victoria, comienza a hablar. Ahora.
Volvió a insistir Hank, con paciencia, pero preocupado por el conflicto entre ambas. ¿Cuánto tiempo llevaban así y no lo había notado?
-Cuando estuviste de viaje hace unos meses ella... -guardó silencio, echándole un vistazo a las escaleras, asegurándose que su mamá no estuviera cerca-. Ella se reunió con él, con Evan. Fueron a cenar y yo fui al mismo restaurante con mis amigos, íbamos de una fiesta y yo..., yo no estaba del todo "sobria" me conoces, tampoco es que haya ido a ese lugar alcoholizada.
-No me des explicaciones, confío en ti ¿qué pasó?
-Bueno, Evan, me vio y quiso saludarme, pero a ella parece asquearle vernos juntos y comenzó con su ataque.... Papá, yo no quiero que ustedes discutan por esto, por mi culpa.
-Eso lo decido yo, además por tu culpa, nunca.
-Pero estás molesto, lo puedo ver -señala la vena en el costado derecho de su cuello, señal de su rabia contenida.
-Quiero escuchar el resto, hija.
-De acuerdo..., dijo que le daba vergüenza y... -hizo una pequeña pausa al recordar el amargo momento que tuvo con su mamá-. Me odia, no quiere que me acerque a su hijo y me culpa de todo lo que pasó, ya sabes, dice que por mi culpa no puede verlo y yo...--
-¿Por qué no me lo contaste antes? -la interrumpe furioso, pero utilizando un tono neutro.
-Porque tú la amas, papá, y no quiero que se peleen por mi culpa.
-Hija, yo te adoro, sabes que eres mi muñequita, mi todo. No quiero que me vuelvas a ocultar este tipo de problemas ¿me escuchaste?
Le advierte tomando una larga respiración.
-Ella me odia, por mi culpa no puede ver a Evan y...--
-¿Qué más pasó?
-...nada. ¿Vamos a desayunar?
Intenta levantarse, pero Hank, la detiene tomando su antebrazo para regresarla a su asiento.
-Victoria.
-¡Bien! Pero... ¡Bien! -indecisa decide contarle todo lo que ocurrió esa noche-. Pese a que me trata con a una niña la mayor parte del tiempo, cuando llegué a la casa esa noche, me estaba esperando, lista para su ataque..., en resumen, me sacó en cara que su deber como madre ya había concluido, que pagó mi carrera y que ahora era momento de independizarme y buscar un lugar donde vivir. Es todo.
-¡¿Qué?!
No pudo evitar el grito de horror. Esta vez fue él quien se levantó de su asiento y comenzó a caminar de un lado al otro delante de Victoria.
-No quiero que peleen, solo no me dejes a solas con ella, o te juro que voy a explotar, papá.
-Ella sabe perfectamente que Evan, es MUY bienvenido en nuestra casa, y en nuestras vidas, ustedes lo respetan, es su hermano por el amor de Dios.
-Creo que es ella la que tiene problemas con el tema. Evan, siempre me pregunta cómo estoy, porque vez que se reúne con mamá, le habla mal de mí, y yo..., ya no lo soporto, siento su desprecio en cada palabra que me dirige, ya es..., es mucha la diferencia que pone entre Noel y yo...
Confiesa angustiada, pero intentando mantener la calma, ya es suficiente con la reacción de su padre.
-Escúchame, Victoria... -soltó con brusquedad, tomando una de las manos de su hija entre las suyas-. Tú estás estudiando, por ningún motivo te vas a ir de la casa. Puedes tener 23 años, pero no es suficiente. Tu hermano tiene casi 26 y a ella no le resulta mal que siga con nosotros. Así que no se hable más del tema.
-¿Cómo lo hago?
-Solo hazme un favor, hija..., intenta ignorar su pesadez y por favor, intenta relajarte, solo eso te pido, disfruta de este inmenso lugar ¿puedes hacer eso por mí?
Suspirando aliviada de haberlo hablado con su papá, asintió sin apartar la mirada de los castaños ojos de su padre, al que tanto adoraba y asintió a su petición.
-Claro que sí, papá.
-Muy bien, ahora vayamos a desayunar, que el aroma a pan recién horneado me tiene muriendo de hambre.
Jalándola de la mano que seguía entre sus palmas, la levantó del sofá y rodeando sus hombros, la guio hasta la mesa del comedor, a donde llegaron todos al cabo de unos minutos.
La primera semana en el "paraíso", fue todo un asco.
La relación entre Victoria y su mamá, fue de mal en peor, Jamie, no soportaba escuchar, ver o compartir con ella. La culpaba por su discusión con Hank, aunque él le dejó claro que no era una pelea, simplemente le aclaró que debía cambiar su mal comportamiento con su hija, ella no era para nada responsable de las malas decisiones que tomó en el pasado con respecto a Evan. Y tal y como se pone cuando su hijo de distinto padre, se relaciona con ella, la "discusión" le cayó como espinilla en el culo.
La segunda semana, el ambiente comenzó a calmarse, y Victoria, pudo disfrutar un poco más de las vacaciones en compañía de sus dos hermanos.
En cuanto al señor Rothschild, asumió que había algo en aquella chica que le llamaba la atención. Y tras observarla por toda una semana, supo o se hizo a la idea del porqué. Literalmente la estudió. Observó cómo era su comportamiento con cada miembro de la familia detenidamente. Y aunque no era usual que hiciera estas cosas personalmente, ya que para eso tenía tantos empleados, no quiso que nadie más tomara este trabajo. Quería hacerlo él mismo.
Transcurridas las 3 semanas de aquellas privilegiadas vacaciones, el señor Rothschild, le pidió a uno de sus asistentes que agendara una reunión con Hank. Pero eso no lo haría sino hasta unas semanas más tarde. En su arrebato de querer estudiar personalmente a Victoria, se vio forzado a aplazar un par de reuniones en el extranjero, y ahora debía reagendar.