Capítulo 8 Cuidando a don antonio

Por Macarena Me lo imaginé diciéndome todo tipo de groserías por llegar a esa hora y me distraje, no vi a dos muchachos que se me vinieron encima. Uno quiso arrancarme la cartera, que era como una especie de mochila, pero de cuero y muy paqueta, la amo, fue una importación que entró al shopping y apenas la vi, me aparté una. Pago todo lo que consumo, solo le doy uso al descuento de empleados y ya me parece mucho. Tony y su padre se enojan, dicen que agarré lo que quiera y si quiero 30 carteras que las agarre. Tenemos muchas discusiones por eso. Jamás dejé de abonar algo y lo abono haciendo ver a todas las empleadas de caja que lo hago, para que tomen el ejemplo y no se tomen atribuciones que no les corresponde. Al ser tipo mochila, la tenía fuertemente pegada a mí, al ver ésto, uno me jaló de cabello, bien fuerte, sacudiendo toda mi cabeza, la mochila se fue desprendiendo y se cayó al piso, el otro me agarró los pechos, como si me los quisiera sacar, el que me había jalado del cabello me tiró de la blusa tan fuerte que me arrancó todos los botones y me la rompió en jirones. Veo venir a Juan, que les gritaban que se detengan, también se estaba acercando Javier, más lento. Como estos muchachos no paraban de agredirme, Juan se identificó como policía, no sé si lo era, pero estaba armado y disparó un tiro al aire, después supe que no les tiró a ellos porque estaban encima mío y podía llegar a pegarme a mí. Los delincuentes se fueron corriendo, dejando mi mochila en el suelo, Juan me preguntó si estaba bien. Javier comenzó a gritarme mientras me llevaba casi por el aire, hacia adentro. Una vez en el ascensor privado, viendo como se me caían las lágrimas y temblaba como una hoja, dejó de lado su rencor y odio, ese tan profundo que sentía hacía mí y me abrazó. Me habló de una tregua, me acompañó hasta mi departamento, se lo agradezco, porque yo seguía en pánico. Preparó café, yo me puse una remera de Mafalda, muchas veces la uso para dormir. Es muy cómoda. Estábamos sentados uno frente al otro, casi en silencio, cada uno ensimismado en sus pensamientos. Comienzo a llorar en silencio, mientras recuerdo los sucesos, a éstos se le sumaba la angustia que pasé toda la noche por Pedrito, el chiquillo de la fundación que habían operado y la carita de angustia, miedo y resignación de esa criatura. Esa carita, que me partía el alma. Mañana voy a verlo, a contarle un cuento y llenarlo de besos, eso no es algo nuevo. Cada minuto libre que tengo, les llevo cuentos y juegos de mesa y trato de leérselos o jugar con ellos. Sé que mi tiempo es poco, pero trato de aprovechar cada segundo. No quiero que Javi vea que sigo llorando, me gusta dar la imagen de una mujer fuerte. Creo que lo soy, al menos eso me dice siempre don Antonio. Al pararme, él también lo hace, vuelve a abrazarme y se lo permití, al sentir sus manos acariciándome la espalda trato de alejarme, pero él no me lo permite. Entonces lo miro, nos quedamos unos instantes mirándonos a los ojos, pero él baja su vista a mi boca y en un segundo siento sus labios en los míos, me estremezco, su lengua se adueña de mi boca. Es un beso apasionado, pero no trata de lastimarme. No me aparto enseguida, casi como que lo estaba disfrutando. Sí, para que me lo voy a negar, lo estaba disfrutando, a pesar de las circunstancias, a pesar de su olor a perfume de mujer… No soy tonta, sé que tiene a miles de mujeres bajo sus pies, sale en las revistas, siempre con una distinta o con dos a la vez, como aquella tapa de revista que enfureció a don Antonio. Si supiera, mi querido viejito, que de esa noche quedó una filmación en un boliche, donde Javier estaba dando un espectáculo lamentable, me llegó por medio de una compañera de la facultad, y a ella por un amigo de un amigo. En el video se lo veía manosear el pecho de una chica mientras tenía a otra encima y parecía estar chupándole una teta. ¡En público! Y se lo notaba borracho. Se ve que toma siempre cuando sale, y mucho, porque ahora mismo estaba pasado de copas, y se le notaba en su aliento, que era una mezcla de café con tequila, o whisky. Pero hizo algo que me sorprendió. Se alejó él y me dijo: -Perdón, Cami, perdón por lo de la otra noche. Y se fue, casi corriendo. No dormí, no pude. Me di un baño relajante. Estuve casi 50 minutos bajo la ducha. Junté mis cosas de la facultad. Acomodé un poco. Está siempre impecable mi departamento. Vivo sola y soy súper ordenada, por ese motivo siempre está impecable. La mayoría de las veces ni siquiera cocino, como trabajo hasta tarde, ceno en la oficina y en el almuerzo, cuando tengo tiempo como un sándwich, pero siempre es mucho después del medio día, solo suelo tomar un café antes de bajar. A media mañana siempre tomó otro café, o cortado, acompañado por alguna galletita o un alfajor. Me termino de arreglar y bajo a mi oficina. Estoy por entrar a mi oficina y de la suya sale Tony, me abraza preguntándome qué me pasó, me largo a llorar mientras me abraza aún más fuerte. Entramos a su oficina y me pregunta qué hacía sola a esa hora, no lo hizo con ninguna mala intención, solo estaba intrigado. Le conté que le pasó a Pedrito, se enojó porque no me contacté con él o con su padre. Le comenté que a su padre lo veía mal desde hace bastantes días. Le dije que tenía alta presión y no se cuidaba lo suficiente, yo lo obligaba a ir a la enfermería del shopping para controlarse la presión. También lo veía agitado. Y ansioso todo el tiempo. -Debe ser por la ampliación de la fundación. Me dice Tony. -Sí, puede ser, pero cada vez que viene lo llevo a la enfermería y en mi celular anoto todos los resultados, me prometió volver al cardiólogo, pero de todos modos, por si no me hace caso, ya le saqué un turno para la otra semana, le doy tiempo por si de verdad cumple con su palabra. Tony ríe. -Tenés razón, cumple con todo, menos consigo mismo. -Para eso estamos nosotros, para cuidarlo a él y hacerlo sin que se entere, es bueno que sepa que nos interesamos en él, sí, para que se sienta querido y no tan solo, pero a veces con su salud es un cabezotas y ahí es donde intervenimos sin que se entere. Tony ríe a carcajadas y me dice. -Gracias Cami, por esas cosas es que mi padre te adora. Entró Javier a la oficina de Tony, sin llamar, bueno, la puerta estaba abierta. Furioso dijo: -¿Qué le hacés para que te adore? Lo miramos los dos a la vez sin comprender su enojó. -¿Se acabó la tregua? Le pregunté, haciéndome la superada. -Te perdono una y ya le estás hablando a mi hermano de las cosas que le hacés para que mi padre te adore. Afirma, muchísimo más furioso que antes. -¿Te volviste loco? -¿No sabés que la atacaron anoche por venir de joda? Vino a las 5 de la madrugada, yo justo estaba llegando y ella se bajó de un taxi cuando… -Hablé con Juan, me contó todo. -¿Ves? Tengo razón, la…señorita sale de madrugada y … Se interrumpe cuando entra su padre. Don Antonio me dice: -Camiiii!!!!¿Estás bien? ¿Qué te pasó? Dios mío ¿Por qué no nos llamaste cuando fuiste para allá? -¿Para que nos iba a llamar? Pregunta Javier. Don Antonio lo ignora. -Es peligroso, además estuviste toda la noche sin dormir, te vas a enfermar si no descansás. -¡Se va de joda y la tratas como si fuera a misa o a cuidar enfermos! Don Antonio sonríe. -Vos también venías a esa hora, ¿No? Llegaron juntos ¿O me equivoco? Javier se quedó pensando en algo, por lo que tardó en responder. -Yo soy hombre y tenía que ver a...una amiga, pero ella… No terminó la idea. -¡¡Madurá de una maldita vez!! -Ella viene tarde igual que yo y el inmaduro soy yo ¿Y ella? -Javi, ya basta y vos Cami, la próxima vez nos avisás, aunque sea vamos juntos, no te podés hacer cargo de todo vos sola. -Te dije lo mismo Cami, te hacés la fuerte y querés cuidarnos, pero estamos juntos en esto, cariño, sos mi mujer maravilla y para ellos mucho más, pero… -¿De qué mierda están hablando? Es una loca que anda de noche por ahí y si no fuera por mí, anoche la hubieran violado o matado. Por suerte llegué en ese momento. -¡Mi cielo! Me dice don Antonio mientras me abraza. -Estoy bien -digo emocionada. -Cami, sabés que aparte de estar juntos en esto, haría cualquier cosa por vos. La cara de Javier estaba roja del odio. Me quise alejar de allí, de Javier. -Entonces, si me permiten caballeros, voy a desayunar con vuestro padre pero antes pasamos por el 2° piso. Les digo mientras le guiño un ojo a Tony. Él me entendió perfectamente, sabía que llevaba a su papá para que se tome la presión.
Ajustes
Fondo
Tamaño de letra
-18
Desbloquear el siguiente capítulo automáticamente
Índice
Capítulo 1 Capítulo 2 Mi salvador Capítulo 3 La presidencia Capítulo 4 Acosador Capítulo 5 La amante de mi padre Capítulo 6 Me callo la boca Capítulo 7 Tregua Capítulo 8 Cuidando a don antonio Capítulo 9 ¡Tiene un hijo! Capítulo 10 Vas entendiendo Capítulo 11 Papá está internado appCapítulo 12 El sueño de mi padre appCapítulo 13 Batallas appCapítulo 14 Un hombre de verdad appCapítulo 15 La fundación appCapítulo 16 Intuición appCapítulo 17 Conociendo la fundación appCapítulo 18 Mi amor imposible appCapítulo 19 Quiere renunciar a la herencia appCapítulo 20 Mi juguete favorito appCapítulo 21 Celos appCapítulo 22 Voy a sufrir appCapítulo 23 Sin aliento appCapítulo 24 ¿Vamos? appCapítulo 25 Spa appCapítulo 26 Sos vos, no yo appCapítulo 27 Galletitas appCapítulo 28 El yate appCapítulo 29 Timidez appCapítulo 30 En la piscina appCapítulo 31 Es una obsesión appCapítulo 32 ¿Qué sentís por mí? appCapítulo 33 Hacés todo divino appCapítulo 34 Caducidad appCapítulo 35 Fallé appCapítulo 36 Camila, te amo appCapítulo 37 Sola appCapítulo 38 Sigo obsesionado appCapítulo 39 No lo quiero ver appCapítulo 40 Mi primer vínculo sanguíneo appCapítulo 41 La verdad está cerca appCapítulo 42 Quiero sorprenderla appCapítulo 43 Ecografía appCapítulo 44 Emocionados appCapítulo 45 Recreando situaciones appCapítulo 46 La embaracé…a propósito appCapítulo 47 Te acomodaste rápido appCapítulo 48 Homenaje appCapítulo 49 ¿Me harías el honor de casarte conmigo? appCapítulo 50 La necesito appCapítulo 51 Otra carta appCapítulo 52 Franchesca app
Añadir a mi biblioteca
Joyread Español
UNION READ LIMITED
Room 1607, Tower 3, Phase 1 Enterprise Square 9 Sheung Yuet Road Kowloon Bay Hong Kong
Copyright © Joyread. Todos los derechos reservados