Capítulo 7 Tregua
Por Javier
Entramos a su departamento, prendió las luces, todas, señal que seguía asustada.
El departamento estaba decorado muy femenino, en tonos de lilas y violetas, con algún toque de rosa fuerte y gris.
Parecía más de una niña que de una mujer sexi, como lo era ella.
¿Desde cuándo me parece sexi?
Estaba ordenado, salvo la mesa, que tenía libros, una taza grande de café a medio tomar y una carpeta abierta con un bolígrafo sin capuchón, todo esto me llamó la atención, porque el resto del departamento estaba ordenado, más que eso, estaba impecable.
Era como qué estaba estudiando y tuvo que salir corriendo.
¿Adónde fue?
¿En donde pasó la noche?
Yo también prefiero tomar un café, para sacarme el resto de la borrachera.
Mientras yo servía el café, ella fue a su cuarto, se cambió la blusa rota por una remera suelta y grande, parecía de pijama, tenía a Mafalda y sus amigos, impresos en el frente, yo leía esa historieta cuando era niño.
Nos sentamos en los sillones, uno frente al otro.
-¿Te lastimaron?
Me interesé sinceramente.
-No mucho, por suerte justo llegabas vos y Juan reaccionó rápido.
Ok, ok, ella también lo llama por su nombre, eso me molestó mucho, es que ella hace todo a propósito para joderme la vida.
-Uno me quería robar la cartera y otro me tiró del pelo y me…
Se calló la boca, pero supe que la había tocado ¿La hubieran violado?
Ya con saber que alguien la maltrató y le puso una mano en sus tetas, yo estaba como loco, es que sí soy un caballero...
Comenzaron a caerle nuevamente las lágrimas.
Ella se paró para llevar las tazas a la cocina, o para que no la viera llorar y esa era la excusa.
Yo me paré y la volví a abrazar, lo permitió y se dejó caer sobre mí.
No sé qué me pasa con esta mujer, la odio y sin embargo muchas veces me transmite dulzura y…deseo.
Un deseo incontrolable, porque es manipuladora, luego de sólo pensar que estuvo con mi padre, se me revuelve el estómago.
Sin embargo, en éste momento soy incapaz de soltarla.
Siento su aroma, su calidez.
Mis manos bajaron por su espalda, la sentí tensarse, intentó separarse un poco pero no se lo permití, levantó su bello rostro.
No sé desde cuando me parece bello, bueno, sí, lo es, con reconocerlo no pasa nada, y me miró a los ojos.
Le sostuve la mirada, pero enseguida la bajé hacia su boca, su maldita boca.
Me di cuenta que mientras...no sé cómo mierda se llama ni me interesa, me la chupaba, la boca que me imaginaba era la suya, sí, ésta que tenía delante y que me moría por besar.
No pude resistir la tentación y la besé.
La besé apasionadamente, con hambre, pero también con dulzura, sin tratar de ofenderla y sin odiarla.
Ella no me correspondió, pero tampoco me alejó.
Sentí perder el control, estaba totalmente excitado, por Dios, me moría por meterle una mano bajo su ropa y sentir su piel.
No sé de dónde saqué fuerzas y me separé de ella.
Me saca el cavernícola que llevo adentro, ni siquiera sabía que lo tenía.
Pero cuando la veo a ella, aparte del odio y el desprecio que me provoca, también siento deseo por poseerla.
Ya está, me lo reconocí a mí mismo y eso es suficiente.
Sin embargo ésta vez salieron palabras de mi boca que no quería decir, pero solo salieron.
-Perdón Camila, perdón por lo de la otra noche…
Ella no respondió.
Me di media vuelta y fui a mi departamento, me alejé porque después de ese beso, yo estaba ardiendo en llamas ¿Qué tiene ésta mujer?
La odio, la desprecio, desconfío de todo lo que hace, porque sé que es una manipuladora y tiene en la palma de su mano a mi padre y a mí hermano.
Y la deseo, la deseo como un loco, deseo someterla en una cama para hacerle…
Claro, lo que quiero es someterla, para que sepa quién manda, ser quién la pueda dominar como ella domina a los demás.
Solo eso quiero.
Con ese pensamiento logré tranquilizarme y quedarme dormido.
Por Camila
Pedrito
Estaba volviendo de la clínica donde habían operado a uno de los niños de nuestra fundación. Sí, digo "nuestra" porque la fundamos don Antonio, Tony y yo, a raíz de mi experiencia.
Don Antonio, mi querido viejito, la asiste económicamente, claro que le ayuda a deducir ganancias, pero él da muchísimo más dinero del que deduce y también brinda su presencia.
Tony apoyó siempre los fondos en el consejo del shopping y yo, desde mi pequeño lugar desde que soy miembro de dicho consejo, obvio que también doy mi voto.
Veremos ahora qué sucede con Javier en la presidencia.
En un sector de la fundación tenemos un hogar, bastante grande, serán 50 chicos los que hospedamos, aproximadamente la mitad son niños y la otra mitad, niñas, los dividimos en 3 secciones, por así decirlo: materno-infantil, los que asisten a la escuela primaria y los que asisten a la escuela secundaria.
Todos ayudan y colaboran con los demás.
Contamos con docentes, psicólogos, psicopedagogas, cocineras, serán 10 personas las que trabajan allí, todas cobrando su sueldo, pero sé muy bien que muchos se quedan gustosos fuera de su horario de trabajo.
Una de las razones por las que don Antonio necesitaba que Javier tome la dirección del shopping, es precisamente por la fundación.
Está ampliando el lugar físico, para albergar al menos a 50 niños más y eso en un principio.
Es triste pensar la cantidad de personas que siendo niños necesitamos de hogares donde cobijarnos.
Las obras están casi terminadas, por lo que necesitamos muchísimas cosas.
Con el cambio de temporada todo lo de exhibición de las vidrieras del shopping llegan como donaciones a la fundación.
Lo que me hace recordar que tengo que estudiar hasta tarde, porque necesito aprobar dos materias más, para dedicarle en diciembre más tiempo a la fundación.
El lunes arranco con entrevistas a psicólogos para cuando se termine la ampliación y podamos albergar a más criaturas.
Eso lo hago en horario de trabajo, pero como suelo trabajar 16 horas diarias y en estas fechas en que las ventas se triplican a veces son más horas, no tengo otro momento para hacer las entrevistas.
Me llamó por teléfono la enfermera que cubre el turno noche, de día hay dos enfermeras y a la noche contamos con una, por cualquier emergencia.
Me acerqué a la clínica.
Don Antonio está ansioso y está trabajando mucho y sinceramente hace días que no lo veo bien, tiene presión alta y lo notaba agitado.
Les dejé dicho en la fundación que si surge algo, primero se comuniquen conmigo.
El chiquito tuvo apendicitis, ésta bien, me quedé durante la operación, que por suerte fue rápida.
Esperé a que se despierte y lo dejé en buenas manos, contraté una enfermera infantil, era agradable y dulce, me cayó muy bien.
Le tomé los datos y ya está en la lista del personal para cuando la necesitemos.
Tengo en mi mente como una computadora que nunca para, siempre trato de adelantarme a los acontecimientos, así nada se sale de mi control.
Bueno, nada que no sean mis sentimientos por Javier.
Estaba estudiando a full, cuando salí corriendo, no lleve mi auto porque estaba muy nerviosa y tenía sueño, aunque con la adrenalina del momento se me fue todo el cansancio y el sueño.
Me tomé un taxi para volver, agradeciendo no haber ido con mi auto, estaba realmente agotada, creo que solo podré dormir dos horas, es algo y no me puedo quejar, sería injusto.
Pero aunque no duerma nada, no hubiese permitido que don Antonio se quedase en vela toda una noche, él ya no está para esos trotes.
Me bajo del taxi y veo un Lexus negro llegando, al principio me asusté, pero cuando vi la marca del auto, le reconocí el logo, me quedé tranquila, aunque no tenía ganas de soportar otra ronda de sus insultos, porque supe que era Javier.