Capítulo 30 Eres la cura
Finalmente me cansé y me acosté junto a Kral. Kral se acostó conmigo por un rato, y luego me abrazó de nuevo. Mirando su rostro, mi estado de ánimo agitado se calmó lentamente. No pude evitar acurrucarme en sus brazos, con la cabeza apoyada en su amplio pecho, sintiéndome lo suficientemente segura.
Caminando por el largo pasillo, Kral abrió de una patada la puerta principal y me acostó en una cama grande y suave.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread