Capítulo 7 Trémula y confundida
Al terminar de comer, se levantaron para salir del lugar, pero de pronto Brooke se sintió un poco mareada, Austin la sostuvo del brazo y así pudo seguir caminando, aunque lentamente y con cuidado.
–Te llevaré a tu casa porque debes recostarte, mi chofer llevará tu auto.
–Te lo agradezco, de verdad no me siento en condiciones para manejar.
Recibió las llaves de ella y la ayudó a sentarse a su lado en el automóvil, Brooke odiaba verse tan frágil delante de él, pero sentía que un sudor frío recorría su cuerpo por las náuseas.
Él condujo con cuidado y al llegar al edificio de Brooke, se bajó, rodeó el automóvil y la ayudó a descender, “todo un caballero atento” –pensó ella.
Apenas entraron, su nana Carmen se alarmó al verla tan pálida.
–¿Qué le pasa a mi niña?
–Se sintió mal apenas terminó de comer –le explicó Austin calmadamente.
–Claro que le cayó mal la comida, come a deshora y en la calle, cuando yo siempre le cocino todo muy sano, que manía de andar comiendo de todo por ahí.
–No señora, comió muy bien y era pasta casera.
–Y, ¿usted quién es?
–Soy un nuevo amigo de Brooke y muy confiable no se preocupe. Me indica el camino para ayudarla a recostarse.
–Sí señor, sígame.
Brooke los dejó hablar sin intervenir, porque se sentía muy mal, apenas entró a la habitación corrió al baño, tenía que devolver todo lo que se había comido con tanto gusto. Para su sorpresa, sintió que Austin tomó su cabello y le daba palmaditas en la espalda.
Carmen se paró en la puerta del baño y él le pidió que le preparara algo para las náuseas.
–Enseguida señor, ya le hago un digestivo.
–Esa señora está preocupada por ti y eso me tranquiliza, ahora sé que si estás en casa estarás bien cuidada.
–Es mi nana desde que tengo memoria. Por favor déjame sola para recomponerme un poco.
–Está bien, pero avísame si quieres vomitar de nuevo.
***
Salió a esperarla en la habitación y recorrió el lugar con la vista, era como ella, hermosa y sobria.
La vio salir y aún no recuperaba el color en el rostro, la señora entró con una taza y antes de dársela la llevó hacia una puerta que él asumió que era un vestidor, de allí volvió con una bata de seda que se adhería a su cuerpo dejando al descubierto su firme busto, también vio sus hombros desnudos con algunas pecas, luego se sentó en la cama y tomó unos sorbos de la bebida caliente que le ofreció su nana.
Austin estaba de pie cerca de su cama con las manos en los bolsillos, luego ella giró hacia él y viéndolo con sus grandes y hermosas esferas grises le dijo:
–Te ruego que me disculpes y te agradezco mucho que me acompañaras.
–No tengo nada que disculparte y puedes contar conmigo en todo momento, ojalá pudiera hacer algo más para que no tuvieras ningún malestar.
–Eres muy amable, pero creo que eso no será posible, tendré que acostumbrarme.
–Brooke, debo ir a mi oficina, pero si me lo permites regresaré aquí al terminar.
–Estaré bien, no te preocupes.
–¿Puedo llamarte luego, solo para saber cómo sigues?
–Sí, por supuesto.
Salió de allí sin muchas ganas, le hubiera gustado quedarse, acompañarla y ayudarla si necesitaba volver al baño. Seguía repitiéndose que todo era parte del proceso de ser padre.
***
Al despertar a la mañana siguiente, Brooke se encontró con algunas notificaciones en su teléfono y su asistente le había enviado un mensaje con una página del diario digital donde aparecía en varias fotos con Kendall, cuando estaban en el restaurante, incluso cuando se recargó en su hombro por sentirse mareada. El titular de las fotos era:
“EL MAGNATE DE HOTELES LUJOSOS Y LA FABRICANTE DE AUTOS LUJOSOS, ¿ESTÁN JUNTOS?”
“¡Por favor!, solo de ver el titular se nota lo amarillista de la noticia, ni siquiera es una buena redacción” –exclamó. No obstante, se lo reenvió a Kendall, con preocupación.
Mientras, en su lujosa vivienda, Austin se despertaba al escuchar insistentemente la alarma de su teléfono con notificaciones, tenía una de Jared, otra de Neal y también de Brooke, vio esa primero y se encontró con las fotos y el titular.
Se arregló rápidamente y llamó a su equipo publicitario para que se encargaran de hacer desaparecer esa noticia y lo más importante las fotos.
Al llegar a su oficina Jared lo esperaba con rostro burlón.
–No me digas que ya intimaste con la madre de tu hijo.
–Ni lo pienses, la llevé a comer, todo estaba bien y de repente se sintió mal, eso fue todo.
–Estabas muy entretenido porque no te diste cuenta del fotógrafo.
–De haberlo visto, le partía la cámara en la cabeza.
–¿Puedes explicarme qué hacías con esa mujer? –chilló Lauren entrando furiosa a la oficina.
–Es la madre de mi hijo, solo la llevé a comer porque no lo había hecho en todo el día y la doctora dijo que debía alimentarse bien.
–¿Y ese es tu problema acaso?
–Por supuesto que sí, acabo de decirte que es la madre de mi hijo.
–Definitivamente estoy en segundo plano en tu vida, no atiendes mis peticiones y ahora todo tu tiempo es para esa mujer sabiendo que yo te esperaba para hablar de algo muy importante para mí. –Lauren terminó de protestar y salió haciendo resonar sus tacones fuertemente.
Jared que había sido testigo mudo de todo, resopló, tomó asiento frente a Austin y se quedó observando a su amigo que tenía el rostro rojo.
–¿Quieres hablar?
–Jared, a veces siento que quiero a Lauren a miles de kilómetros de mí.
–¿Qué será eso tan importante que quería hablar contigo?
–Otra vez está insistiendo en que su hermano merece una mejor posición en esta empresa.
–Ese bueno para nada, con prontuario por estafas no merece ningún lugar en esta empresa.
–Tendré que decirle eso exactamente para que deje de presionarme con su petición. Está muy insistente y ahora con la situación del embarazo hablar calmadamente con ella será imposible.
El sonido de un mensaje recibido interrumpió la conversación de los amigos…
–¿Qué pasa? –pregunta Jared al ver la expresión de Austin cuando leyó el mensaje que recibió.
–Es Brooke Fanning, quiere hablar conmigo en su apartamento, dice que es más discreto y no hay peligro de fotógrafos.
–¡Yupi!, se te cierra una puerta, pero se te abrió una gran ventana socio.
–No es eso, ella me envió las fotos esta mañana, debe estar alterada y eso no es bueno en su estado.
–¿Irás?
–Claro que sí, debo atenderla, dame un momento voy a responderle.
Austin Kendall:
Al salir de la oficina iré a tu casa, 7:00 pm, ¿está bien?
Brooke Fanning:
De acuerdo.
Austin Kendall:
¿Te llevo algo de comer?
Brooke Fanning:
No es necesario, gracias. Carmen preparará algo para los dos.
–¿Qué pasa?, solo ibas a decirle que irías, ¿por qué sonríes?
–Deja la ansiedad. Me invitó a comer.
–Repito, se te cierra u…
–Jared, vete a tu oficina, hay mucho trabajo por hacer.
–Jajaja, te llamo en la noche y me cuentas.
–Chismoso.
***
El resto del día Austin se ocupó en reuniones y conferencias telefónicas, apenas comió un sándwich, a las 6:30 pm, dejó todo y se encaminó hacia la dirección de Brooke Fanning.
La nana Carmen le abrió la puerta enseguida y lo saludó amablemente, lo invitó a tomar asiento, le ofreció café y le avisó a Brooke que tenía visita. Ella apareció aún en ropa de calle, con el ceño fruncido y las mejillas rojas.
–Pensé que todo sería discreto, ahora es del dominio público que nos conocemos –le dijo molesta apenas lo vio.
–Ya me ocupé de esa publicación y hasta ahora la única forma de que me fotografiaran era estando acompañado de Lauren porque ella misma se encargaba de notificar sobre nuestras salidas. Esto no podía preverlo.
–No quiero ser objeto de chismes amarillistas, mi embarazo es solo mío, fue un error haber aceptado tu invitación, no volveré a verme contigo en ninguna parte.
–No digas eso Brooke, iré contigo a las citas médicas y además sabes que puedes contar conmigo en cualquier circunstancia.
–No, tú estás comprometido y siendo pública tu relación con la modelo, cualquier mujer que vean contigo es una intrusa y yo no quiero ser eso, yo también tengo una imagen que cuidar –al decir esto ya estaba haciendo pucheros como una niña, su mentón temblaba reteniendo el llanto.
Austin se acercó a ella al verla tan conmovida, la rodeo con sus brazos y pronto la sintió sollozar, acarició su cabeza y su espalda un buen rato, cuando comenzó a calmarse, le dio un beso en la coronilla y ella alzó su cara roja por el llanto, él la miró a los ojos y luego desvió su vista a sus labios que lo atraían y no quería resistirse.
Fue fácil inclinarse un poco y atrapar su boca, la saboreó lentamente, la sintió rendirse a la caricia y profundizó el beso invadiéndola con su lengua, la pegó más a su pecho y la escuchó ahogar un gemido.
Se separaron para buscar aire y él la miró angustiado, la soltó y sin decir palabra giró hacia la puerta y salió sin volver la vista. Ella quedó estremeciéndose aún por el cúmulo de sensaciones que acababa de vivir en los brazos de Austin Kendall, trémula y confundida la encontró Carmen cuando salió a preguntar si podía servir la cena.