Capítulo 50 La herencia que su madre dejó atrás
Al día siguiente, Veronica se dirigió a la oficina de Richard. Al ver la entrada, recordó cómo solía venir a la oficina de la mano de sus padres hace mucho tiempo. En aquel entonces, las preocupaciones no existían en su vocabulario y era la niña más feliz del mundo.
Con una pequeña sonrisa en su rostro, se dirigió hacia el ascensor privado. Sin embargo, la recepcionista la detuvo rápidamente y preguntó: "Hola, ¿a quién buscas?"
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