Cho vamos a comer pequeñElla se colocó la ropa interior, el vestido y se colocó las sandalias que era fácil de usar porque no había que atarlas. Mientras hacía todo eso Julián con un cepillo de peinar se lo pasó por el cabello a ella para ayudarla un poco y cuando terminaron salieron de la habitación para ir a comer.
En cuanto llegaron al final de la escalera lo único que se escuchaban era los gritos de un niño que parecía dejar sus pulmones llorando y gritando tan fuerte los gritos provenían de la habitación del comedor donde la mesa estaba servida una chica de la cocina miraba con preocupación a el tío Adrián quien se paseaba de un lado a otro con el niño que gritaba más que llorar en brazos.
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