Capítulo 3 ¿Por que lo hiciste?
POV Saint
Poco despues de que la chica que a la cual le compre
su virginidad se fuera de la tarima, el presentador hizo pasar a otra chica y
volvia a iniciar una nueva subasta, y mientras esto pasaba, mi fiel amigo, por
fin abrio los ojos, y no lanzarme una mirada y empezar a interrogarme.
—¿Por qué pagaste tanto por la virginidad de esa
mujer? 300.000 dolares, ¿Acaso crees que el dinero crece en los arboles?
—pregunto mi fiel amigo.
—Tomas, ¿No lo vez? Si no continuaba pujando, entonces
esa linda chica tendria su primera vez con ese viejo verde de alla.
—¿Entonces lo hiciste para ser el heroe que salva a la
damisela en apuros?
—Obviamente, gracias a mi tendra su primera vez con un
hombre guapo como yo en lugar de un viejo verde que de seguro tiene problemas
de ereccion.
—Lo que tú digas, honestamente este lugar no me atrae,
no se como deje que me arrastraras aquí.
El nombre de el hombre que habia comprado la
virginidad de Teresa, se llamaba Vincent Saint, y era el heredero de una de las familias mas ricas en el oeste
de Estados Unidos, y era bien parecido, y desde pequeño habia sido mimado por
sus padres, por lo que no tenia una gran valoracion por el dinero.
Eh frecuentado desde hace mucho tiempo este tipo de
lugares, el tener la primera vez de una mujer era un sentimiento muy
reconfortante para mi, por lo que no me importaba gastar grandes cantidades de
dinero para ello.
De todas formas sus padres y su familia tenian mucho,
asi que no importaba cuanto gastara en sus gustos.
Cuando vi a esa chica a punto de ser “comida” por ese
viejo verde, algo en mi simpemente no pudo retenerse, y me fue imposible no
ofrecer le precio que fuera suficiente para poder evitar que ese viejo verde se
“comiera” a esa linda chica.
Despues de que esa linda chica se fuera, otra mas
vino, y los hombres a mi alrededor empezaron a ofertar por ella.
Despues de que esa chica paso, otra mas vino, y asi
sucesivamente, pero no importa cuantas chicas vinieran, mi fiel amigo no parecia
mostrar mucho interes por el espectaculo que sucedia enfrente de él.
A diferencia de mi, mi amigo no venia de una familia
rica, él hizo su propio dinero a traves de diferentes medios, ambos teniamos 27
años actualmente, pero a diferencia de mi, él ya era uno de los hombres mas
ricos en el oeste de los Estados Unidos, casi al mismo nivel que mi padre, lo
que me causaba un gran respeto por él.
Su nombre era Tomas Miller, y era una persona muy
seria, lo invite a este lugar para poder emborracharlo y lograr que se soltara
un poco, pero hasta ahora mis esfuerzos eran en vano.
No habia tomado mucho, solo unas cuentas copas, y no
parecia mostrar mucho interes por las chicas que estaban pasando a la tarima,
no hayaba una forma de poder hacer que se soltara su correa y se liberara un
poco.
—Tomas ¿No vas a ver alguna de las chicas?
—No estoy interesado Vincent.
—Vamos hombre, sueltate un poco —dije mientras le
pasaba un botella de cerveza.
—No deberiamos beber mucho, tenemos que conducir.
—¿Bromeas? Hoy dormiremos aquí Tomas.
—¿Dormiremos aquí? ¿En este lugar?
—Obvio, despues de la intimidad me da sueño.
—Ese eres tú, no yo.
—Vamos hombre, aquí hay muchas chicas que matarian por
estar contigo, en este lugar no solo estan virgenes tambien hay muchas mujeres
experimentadas que estarian dispuestas a enseñarte un par de cosas.
No estaba bromeando, a pesar de ser hombre no podia
negar que Tomas era incluso mejor parecido yo, su cabello y ojos castaño
oscuros eran perfectos y sin algun defecto, su fisico era atletico y sus rasgos
faciales eran bastante atractivos.
Vincent… yo era arrogante y orgulloso, pero incluso yo
debia debia admitir que cuando los dos estaban juntos, 6 de cada 10 mujeres miraria
a Tomas en lugar de a mi.
A pesar del interes que las mujeres mostraban hacia
él, Tomas no parecia mostar algun interes, de hecho, habia pasado mucho tiempo
desde que yo le conoci una novia a Tomas.
Una de las razones para traerlo aquí, fue que yo
queria verlo con una mujer, queria confirmar si Tomas no era gay.
Aunque por los momentos, las dudas que yo tenia hacia
Tomas, no hacia sino aumentar.
—Vamos Tomas, quedate conmigo en este lugar, te aseguro
que la pasaras bien —dije, en un intento de persuadir a mi amigo.
—Bien, bien, me quedare hoy, pero no quiero que
vuelvas a intentar atraerme a sitios como este.
—¡Te lo prometo! ¡Esta sera la ultima vez! —digo en un
tono decidido, aunque en mi interior se perfectamente que no voy a cumplir mi
promesa.
La subasta siguio avanzando, y despues de que esta
termino, los dueños del club empezaron a guiar a los clientes hacia sus
habitaciones, yo habia comprado la virginidad de una chica, y la tendria hoy en
una habitacion especial.
—Cuidate Tomas, y recuerda, sueltate —le dije a mi
amigo, mientras un miembro del personal del club me guiaba a mi habitacion.
—Lo intentare, que disfrutes a tu chica —dijo Tomas,
mientras me miraba fijamente.
—Te aseguro que la disfrutare —dije, mientras un
miembro del personal me guiaba hacia mi habitacion, donde pasaria mi noche con
mi chica.