Capítulo 7
“Viviendo un infierno.”
(Segunda parte)
Advertencia: Este capítulo tiene sexo explícito, lenguaje vulgar y violencia; para las mentes perturbadas o sensibles se les pide no seguir leyendo y pasar el capítulo. Favor de no reportar.
(octubre 11, 2018 Nueva York, N.Y)
(Andrea Salvatore)
Poco después vino el doctor que limpio y curo los verdugones de mi cuerpo y tuvo que sedar a Flora, la dejaron conmigo, pues eso la tranquilizaba
Pero mis heridas no evitaron que Yargo me violara dos o tres veces al día, al parecer él siempre estaba aquí. Tampoco evito que violara a Flora a quien tras cuatro días ya curadas sus heridas y sin marcas de golpes fue sacada de mi habitación y ya no supe de ella.
Cuando pregunte por ella a Yargo aquella noche solo me dijo
-Ella está atendiendo a los habituales, han tenido que drogarla para calmarla, pues estaba histérica. Cuando estuve con ella tuve que inyectarla, un poco de heroína y es muy complaciente, lleva trabajando desde esta mañana, creo que ya se la han cogido no menos de treinta clientes. – me contesto riendo el malnacido
Estaban drogándola para mantenerla tranquila y dócil para que los habituales la usaran
-Quiero verla. - exigí
-No podrás, se la llevaron al campamento, ¿acaso crees que la mercancía dañada no es usada? Las enviamos a los campamentos, donde obreros y trabajadores comunes pagan unos cuantos dólares por media hora con una mujer. - cuando lo escuche comprendo porque dijo que ya habría estado con treinta clientes.
- ¿Porque no la liberan? ya no les es útil, ¿porque la enviciaron? – pregunté
-Toda mercancía es útil, en los campamentos los hombres pagan cincuenta dólares por solo treinta minutos de sexo con una mujer, claro que ellas no son tan complacientes como tú, pues están tan drogadas y dañadas que ni se enteran de cuantos hombres pasan por entre sus piernas. No necesitan comer mucho, pues están drogadas ni tampoco dormir, da igual, dormidas o despiertas son folladas dieciocho horas al día. - me dijo sería, creo que tenía ganas de hacerme daño, pues fue muy informativo.
Tras lo cual nuevamente abuso de mí, por horas; cuando se fue estaba por amanecer. Yargo había pasado la noche conmigo.
El dueño me usa de vez en cuando, pues está más entretenido con las dos niñas que Olga le entrego.
El que si me visita hasta tres veces al día es Yargo, pasa las noches conmigo y durante el día viene a des estresarse y a recordarme que le pertenezco; claro antes de venir conmigo por las noches, atiene a Olga.
Hoy estoy mal, mi periodo ha llegado y tengo cólicos por lo que no estaré disponible para nadie, o eso creí ya que Yargo aun así me visito y me obligo a darle una mamada.
Le pregunte por Flora y molesto me grito.
-OLVIDATE DE ELLA, ESTA MUERTA, SEGURO YA HAN ENCONTRADO SU CUERPO EN EL RIO.
- ¿Que? ¿Porque? ¿Qué le hiciste? - le pregunte
-Yo no le hice nada, te dije que fue enviada a uno de los campamentos, a los estúpidos que las cuidan a veces se les pasa la mano con la heroína y bueno, ella con sus ataques de histeria, aun drogada dio muchos problemas, así que la volvieron a inyectar, ni cuenta se dieron de que estaba muerta y los obreros se la habían estado follando; tiraron su cuerpo a las orillas del rio, donde pudiera ser encontrada y entregada a su padre; alégrate a ti no te pasara eso. - me dijo antes de irse.
Me puse a llorar por mi única amiga muerta, la única que había tenido en años, desde la muerte de mi madre; preparo mi mente para lo que vendrá, sospecho que el hecho de estar en un sótano contribuye a que mi padre aun no me rescate.
Tengo mi punzón, pero debo buscar la oportunidad para usarlo, si no puedo obtener mi libertad, me llevare a alguno que otro conmigo, en especial a Yargo.
Como pedí más limonada a la hora de la comida, ahora me traen no solo el vaso lleno sino también una jarra.
Veo el reloj y al ver la fecha hago un recuento, llevo aquí un mes, pasan de las cinco de la tarde, por lo que oficialmente tengo un mes siendo prostituida y violada.
Sin que nadie se diera cuenta me hice de un pedazo de vidrio de la botella de vino que Flora rompiera antes de comenzar con su crisis aquel día; con cuidado lo he estado puliendo en el piso de piedra y con un jabón y un pedazo de tela le he hecho un mango.
Ahora tengo el punzón y un pequeño puñal hecho de vidrio afilado y pulido.
Hace dos días que el amo me rechazo, por lo que no sé qué planean hacer conmigo.
Hoy es sábado tres de noviembre, Yargo tras abusar de mi esta tarde me ordeno.
-Báñate bien y estate lista, saldrás a subasta otra vez, no dejaras tanto como cuando vendimos tu virginidad, pero eres bella y joven, así que conseguiremos otro comprador, veremos si es permanente o tendremos que subastarte todas las noches. – Ahora Yargo estaba al mando del lugar o lo parecía.
Este fue un nuevo nivel del infierno en el que vivía. Yo obedecí, pues no quería que me drogaran, aunque lo sospechaba.
Son las ocho y me han traído la cena y la ropa que usare en la subasta me metí a bañar y cene, esperando que llegara el momento de que Yargo con otro viniera a buscarme.
Durante la cena, la limonada del vaso sabia extraño tras un trago así que la tire y lave el vaso, probé el resto del líquido en la jarra, este sabio normal.
El nuevo encargado había puesto la droga en el vaso, así que sabía lo que debía esperar.
Más tarde, mi cuerpo era lento y pesado, pero podía controlarlo, pero aun así fingí cuando llegaron a buscarme, me llevaron al salón de la primera planta, donde fui expuesta ante la mirada lujuriosa de los postores. Nuevamente fui vendida al mejor postor, pero no fui llevada a mi habitación en el sótano. Fui conducida a una habitación nueva, estaba oscura, pero se escuchaba amplia.
El hombre que me compro me llevo al centro en donde había un futón, en donde me desnudo poco a poco, fue a un rincón que no vi y trajo algo extraño, un tipo de correas y me lo puso, primero ato mis muñecas y luego ato mi cuello y tras ponerme de rodillas ato mis rodillas y tobillos.
Me inmovilizo al ponerme semejante cosa y algo llamo mi atención, murmullos, se escuchaban en la habitación llegando a mis oídos desde la oscuridad.
Cuando sentí al comprador cerca, él estaba sin camisa con el pantalón abierto y traía algo en la mano, abrí los ojos con sorpresa al ver un fuete de correas de cuero.
Sentí las tiras acariciar mi cuerpo y de pronto sentí el azote, dolió un poco, pero la sorpresa del golpe me hizo gritar.
-Ahh
-Silencio. - dijo el comprador.
Volvió a azotarme y otro grito de dolor salió de mi boca, escuché más murmullos desde la oscuridad; cuando tuve frente a mí al comprador traía un bozal de bola en las manos y me lo puso. Un momento después volví a sentir otro ligero azote, seguido de varios más, yo solo podía gemir.
Un rato después lo que sentí, pues no podía volverme para verlo, fueron sus manos en mi cuerpo, acariciando poco a poco mi intimidad solo para sentirlo invadirme profundamente un momento después.
Se tomó su tiempo en usar mi cuerpo para satisfacerse, lo que me horrorizo fue darme cuenta tras mucho tiempo que había público, estaba en un escenario siendo violada ante un grupo de pervertidos, luego de que termino dentro de mí al menos tres veces, me dejo y dirigiéndose a los presentes dijo
-Espero disfrutaran tanto como yo, esto es solo un poco de lo que una sumisa debe hacer.
Se escucharon aplausos y las luces se encendieron pude notar al menos veinte o más hombres y mujeres observándome. Este era otro nivel de perversión, después de eso todas las noches sería vendida y usada por otro pervertido, además de soportar ser usada como puta personal de Yargo.
Así paso otro mes, para asegurarse de que no quedara preñada, una vez al mes el médico me inyectaba un anticonceptivo.
Pasan los días y mi miserable vida sigue su rutina diaria de complacer a Yargo y al comprador en turno.