Capítulo 30 Verdades
Me abrió la puerta y en cuanto estuve dentro cerró y fue a su sitio, los cristales eran totalmente obscuros y sabía que no nos miraban, apenas puso los seguros y su boca se lanzó a mis tetas.
—¡Por Dios, Amanda! Deja de usar pantalones, me complicas todo.
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