Edward no tomó el teléfono de Robin. En cambio, agarró un libro en un idioma que ella no podía entender y se sentó en el sofá. No levantó la vista mientras hablaba. "Configúralo para mí."
Robin parpadeó. "¿Quieres que lo haga? ¿No te importa si husmeo en tu teléfono después?"
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