Capítulo 84 Que estemos separados en una ilusión
Alaric
Yo le había confesado mi amor y todo lo que sentía. No me costaba decirlo, pero lo que sí me dolía era darme cuenta de cuánto mal había hecho y confesarle mi culpa y mis errores. Me dolía saber que había herido a la persona que más amaba en el mundo. Mi cielo no se regocijaba en mis palabras; ni siquiera parecía creerme. Permanecía ahí, sentada sobre esa piedra, semidesnuda, mientras yo la presionaba con mi cuerpo. Me observaba a los ojos como si fuera la primera vez que me veía en la vida.
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