Capítulo 304 No se admiten créditos
Vania se dio la vuelta y se quedó sorprendida. Vio entrar a un anciano que sostenía dos Flores Nieve en las manos. Iba vestido con una chaqueta negra de cuero y unos vaqueros rotos, con un corte de cabello corto que desprendía frialdad. Antes de poder hablar, el anciano preguntó primero:
—Pequeño cretino, ¿qué haces aquí?
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