Capítulo 190 Un ataúd
Después, Rogelio encabezó la marcha con una linterna en la mano.
En ese momento, Vania sintió que traer al hombre ante ella era la decisión correcta. Al ver su espalda ancha y erguida, sintió una sensación de calma y seguridad. Respiró hondo y lo siguió de cerca. Después de unos pasos, Rogelio se detuvo.
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