Capítulo 8 Amándose
Por Melina
Salí de la facultad y lo vi, estaba esperándome, como muchos días desde que lo conocí.
Me acerqué, tímidamente, él me miró y se fue acercando despacio, nos abrazamos fuerte, muy fuerte, yo me largué a llorar.
-Nena, Meli, cielo ¿Qué te pasa?
-Es que pensé que me habías dejado.
-Jamás podría dejarte.
-Estabas en una fiesta llena de mujeres, yo las oí y...
-Subamos al auto, amor.
En el auto, apenas nos acomodamos, me secó las lágrimas con sus dedos.
-Cielo, sí, fui a una fiesta, pero no estuve con nadie, no podría, te amo, yo soy es que está celoso, estabas a mil kilómetros y no sabía si te estabas besando con otro, aunque sea por trabajo.
-No me besé con nadie, te dije que era raro que en una publicidad haya besos.
-Pero podía pasar, te juro que estaba como loco.
-Te había llamado para contarte eso y para decirte que el chico que hacía de mi pareja es gay.
-Perdón Mel... no te volví a llamar... porque revoleé el celular y se me rompió y recién ayer tuve tiempo de comprarme otro.
-Pero ayer... no viniste a buscarme.
-Pensé que seguías en Mendoza.
Nos abrazamos, luego fuimos a su casa, creo que no había cerrado la puerta y ya estábamos desvestidos.
Lo hicimos tres veces, nos deseábamos cada día más.
No podíamos dejar de hacer el amor, nos habíamos extrañado como locos.
Mierda, mi vieja hoy sí me iba a matar, ya era la una de la madrugada cuando llegué a casa.
Por suerte estaba durmiendo, así que me deslicé despacio hasta mi habitación, sin hacer ruido.
Nos vimos todos los días, el viernes le dije que mejor me fuera a mi casa, porque estaba indispuesta y no podíamos hacer nada.
Quiso que me quede igual con él, es un dulce.
Dije en casa que salíamos a bailar con Andy y que me quedaba a dormir en su casa, para no volver tarde.
Nos levantamos tarde, me llevó a casa a las tres, porque se tenía que concentrar, al día siguiente jugaba a las 7 de la tarde y pasaban el partido por TV.
Me llamó tipo 11 de la noche, yo estaba estudiando, porque no tenía sueño.
Charlamos más de media hora.
El domingo estaba buscando el canal por el que pasaban el partido.
-¿Por qué estás mirando fútbol?
Me pregunta mi madre, casi de mala manera, a ella no le gustaba el fútbol y mi padre, supongo que para no aguantarla rezongar, no lo miraba.
-Es un trabajo para la facultad, sobre el comportamiento de los jugadores y el público.
Sí, me volví una mentirosa serial.
Estaba nerviosa, quería que gane el equipo de Cris.
Empataron 0 a 0.
Al menos no le metieron ningún gol.
A las 12 me llamó, recién llegaba a su casa.
Estaba en casa de sus padres, se nota que los quiere mucho y que se lleva muy bien, me alegra, porque yo sé bien lo que es tener una relación espantosa con los padres.
Siempre esperé un poco de cariño, de parte de mis padres, no sé, algo de reconocimiento, alguna palabra de aliento, siempre fui buena alumna, nunca me llevé materias.
No les di trabajo, y sin embargo me tratan como si hubiera sido la peor hija del mundo.
Ellos adoran a mi prima Alejandra.
Aunque viéndolo desde la distancia, es solo de la boca para afuera, tampoco es que hayan sido cariñosos con ella, pero sí la llenan de halagos.
Me han reprochado y delante de su querido Albertito, que porque no era alta como ella... lo recuerdo bien, porque hacía poco que salíamos y sentí mucha vergüenza, fue la primera vez que mi madre me menospreció delante de él.
Me sentí insignificante, debe ser por eso que tengo una coraza y todo me resbala, o al menos intento que todo lo que dice mi madre, me entre por un oído y me salga por el otro.
Por Cristian
Por fin vi a Melina, la extrañé.
Mientras ella no estaba, yo estaba enojado, pensaba cosas sobre lo que estaba viviendo en Mendoza.
El viernes fui a una fiesta y estuve a punto de irme con una chica, estaba frustrado, pensando que Melina estaría besándose con otro, por la publicidad, aunque sabía que si me iba con esa chica, no había retorno con mi novia, bueno, eso si se enteraba.
La amaba y la extrañaba, le estaba dando vueltas a la loca que tenía adelante, que ya me había preguntado si quería irme por ahí con ella, cuando casi accedí a irme con ella, suena el celular, y era Melina.
Sentí que se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer.
Lo iba a hacer más de bronca que de ganas.
Me di cuenta que la iba a cagar feo.
Discutimos por teléfono.
Terminé solo, en mi departamento, revoleé el celular contra la pared y por supuesto, se partió en mil pedazos.
Por primera vez en años, tomé alcohol, bastante y quedé casi desmayado.
Me desperté tardísimo y fui a entrenar, ya quedamos concentrados.
Ganamos 1 a 0, pero no gracias a mí.
Me hubieran metido mil goles y yo no hubiera podido atajar ninguno.
El lunes me compré el celular y estuve por llamarla mil veces, pero mi orgullo no me lo permitió.
No fui a buscarla, supongo que seguiría en Mendoza.
Estaba siendo infantil, ella se había ido por trabajo.
Por eso, el martes, fui a buscarla porque no aguantaba más estar sin ella.
Ahora agradezco internamente no haberla cagado por estar celoso y enojado, no hubiera podido ocultarle la verdad y se iba a terminar todo con mi bella mujercita.
Me dijo que el chico de la publicidad era gay, si yo hubiera hecho algo, me sentiría peor.
Fuimos a mi departamento.
Lo hicimos como locos, no podía soltarla, estuvimos toda la semana más que juntos.
Otra vez es lunes y desde el sábado no la veo.
Sale de la facultad, de nuevo hablando con el idiota que la mira como desnudandola.
Me acerco y la beso, estoy marcando mi territorio.
Nunca fui celoso, ni posesivo, pero con Melina estoy descontrolado, me imagino que si ella se entera que estuve a punto de acostarme con otra, me dejaría en ese instante.
Ese pensamiento me hace ser más celoso, porque ella también lo puede llegar a hacer.
Fuimos a mi departamento, hicimos el amor, me encanta hacerlo en el sillón, con ella arriba, sentados, siento que se la entierro profundamente y ella se vuelve loca, menos mal que es un piso entero, sino, los vecinos, nos hubieran echado del edificio, nuestros gemidos se escuchan desde afuera, estoy seguro.
Quiero hacercelo por el culo otra vez, ella no tiene problema, me encanta como se entrega.
Me da todo y no preciso a nadie más, no extraño nada de los polvos desenfrenados con las botineras, ellas me siguen buscando, pero yo blanqueé que tengo novia.
No la llevo a la cancha, porque no quiero problema con alguna puta que se quedó mal porque no le doy mas cavida.
En una ocasión, a la esposa de otro jugador la agarraron de los pelos, a otra, la golpearon mal.
Esas mujeres están locas y no tienen nada que perder.
Es miércoles, hicimos el amor una vez y estamos cenando.
Le suena el celular.
-¡Hola Eugenio!
-
-Yo también te extraño y te amo.
-
Me paré como si tuviera un resorte y la estaba mirando, ella no se dio cuenta, estaba concentrada en la conversación, yo quería matar a ese tipo que ella amaba.
-Sí, estuve a punto de irme a vivir con vos, ya sabés, cuando me peleé con el idiota, como lo llamaste siempre.
-
Es que estoy cursando.
-
-¿Estás en Bs As?
-
-Te amo y te adoro pero si estás con esa mujer, no te veo.
-
-Ya sé que es tu vida y yo no puedo elegir a tu novia, pero...
-
-Ni loca te metés con Andy, eso sí, no te lo permito.
-
-Sos un idiota, si Andy no tiene tetas, no es problema tuyo y vos te acostas con todas, sos un asco.
Me tranquilice, aunque no demasiado, por lo posesiva que es Melina con ese hombre.
-No te voy a ver si estás con Lili, no me cae mal, pero no tengo ganas de verlos aspirar hasta quedarse duros, sé que cuando era chica no lo hacías delante mío, pero quiero que dejes de hacerlo por vos.
-
-No te mando, sabés que te amo con mi vida y sos el hombre más importante para mí... bueno, te están sacando el lugar, tengo novio.
-
-Ahhh, ahora sos vos.
-
-No, no voy a ir a vivir con vos, pero en el verano, te prometo que me instalo en tu departamento, si no está Lili.
-
-Ya sé que la echás por mí, te súper amo, estamos hablando, pero me llamás cuando estés limpio, ni drogado, ni borracho.
No sé con quién hablaba, pero no me gustaba nada ese tipo, yo estaba disputando el amor de mi novia ¿Con quién?
Cortó, por fin.
-Melu, ¿Con quién hablabas?
No aguanté más, estaba enojado y ... celoso.
-Con mi otro amor.
-¿Qué?
Ella se reía y yo quería matarla, se debe haber dado cuenta, porque se apresuró a decir.
-Con mi primo, el que más quiero.
-Ya me di cuenta.
Le dije casi como un chiquito.
-A celoso de mí, no le vas a ganar.
-¿Y vos de él?
-Sí, soy súper celosa, una sola novia de las miles que tuvo, valió la pena, sé que él es un desastre, tiene problemas de drogas, de alcohol, pero es como mi hermano.
-¿Tiene muchos problemas de adicción?
-Bastantes, cuando yo estoy con él, no mete a amigos en su departamento, aunque no lo creas, me cuida más que nadie, me mima y me adora, muchas vacaciones, nos vamos con Andy y nos instalamos 2 meses en su departamento, vive en la costa.
-Me preocupa que te haga algo estando drogado.
-Nooo, es la persona qué más confío en el mundo, es como un hermano, desde que era chiquita me cuidaba, ahora tiene 26 años, por eso voy cada tanto, para que se sienta cuidado y querido,
una de mis primas también lo adora, pero ya está casada y al marido mucho no le gusta, es muy loco, porque mis viejos que no quieren a nadie, lo adoran.
-No me gusta compartir tu amor.
Dije acercándome, mientras empezaba a besarla.
-Son distintos amores, mi primo es el único de mi familia que me quiere y me escucha y vos sos... mi Dios.
-Melu, te amo, me encanta ser tu Dios, porque vos sos mi diosa.
Terminamos haciendo el amor, salvajemente.