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Capítulo 3 Oficina de niña

Pov Samantha. Mis mejillas están calientes por la molestia que tengo. Frunzo el ceño mientras con la ayuda de mi secretaria busco las tres carpetas, de los tres años que he sido gerente. Fernando, él en su máxima arrogancia, me ha dejado en ridículo delante de todos, y aunque confieso que fue mi culpa por hacerme la que no lo conocía, me molesta que sea tan cruel de mandarme a buscar las carpetas impresas, cuando con solo un código, y un poco de tiempo, él puede ingresar a los archivos virtuales, (se supone que todo aquí es robotizado). —Cloe, aquí encontré la última carpeta —digo agachándome al final del estante para tomarla. —¿Ya tiene lo que le pedí? —pregunta una voz ronca detrás de mí. Me pongo de pie con el rostro rojo, por la posición que tenía, y al mismo tiempo por escuchar su hermosa voz detrás de mí. —Sí, aquí tiene Fernando —le digo tendiéndole las carpetas. Él no toma la carpeta de mis manos, pasa por mi lado y comienza a ver toda mi oficina con una sonrisa estúpida en sus labios, y no es que me moleste, me encanta su sonrisa, y su espalda ancha, y también el olor que está dejando en mi oficina. «Concéntrate Samantha, eres una pecadora» En fin, me molesta muchísimo la razón de que, ¿Quién lo invitó a él a entrar a mi oficina? Y no es que no me gusta que esté aquí, sino que es un abusador, cree que porque es mi jefe, y está más bueno que comer con los dedos, va a venir a hacer lo que quiera. —Ya que dejó las carpetas que busqué por horas en mis manos, y que además, entra a mi oficina, sin tocar la puerta, le voy a dejar un par de cosas claras —se voltea y entrecierra los ojos para mirarme. —Me gustaría que me llamaras jefe, sugiero que suena mejor, ¿no crees? —dice relajado. Trago gruesos al oírlo, y aprieto mis puños por la molestia que me genera sus palabras, ¿Jefe? ¿Es necesario realmente? No puedo llamarlo señor Laureti, o Fernando Laureti, No, él quiere que le llame jefe. —¿Jefe? ¿Es necesario que le llame así? Yo tengo una confianza con el señor Demetrio y jamás le he hablado tan formal —bufo. Los ojos azules de Fernando se oscurecen, y puedo jurar que hay un demonio detrás de su rostro de dios griego, un demonio exquisito que me invita a pecar. Él se acerca a mí, logrando que mi espalda pegue de mi escritorio rosa, y mis bragas se empapan. Miro a todos lados buscando a Cloe, pero ha desaparecido, y no es que esté nerviosa, o tal vez un poco, pero ¿cómo no? Tengo el rostro del hombre de mi vida a pocos centímetros de mí, su olor a colonia cara llena mis fosas nasales, y su cuerpo gigante me tapa un poco. Trago grueso, tratando de agarrar fuerza y mandarlo al demonio, pero él me detiene. —Aunque me parezco mucho a mi padre, señorita Samantha, créeme que no soy él, así que de ahora en adelante, me dirás, jefe, —las palabras que salen por su boca son tan lentas, que me llena de espasmo. Fernando mira mis labios, y luego mis senos, y juro que veo como frunce los labios al verme, ¿Será que le gusto? Sin darle tiempo a nada, lo empujo un poco, y paso por encima de él, para llegar hasta la cafetera que tengo en mi oficina. —Jefe —digo con una mueca—. Que sea la primera y última vez que entre a mi oficina sin permiso, aunque usted es mi superior, yo soy la gerente de la empresa hasta que su padre lo indique, así qué… —Llevo la taza que me acabo de servir a mis labios y después de darle un sorbo a mi café termino de decir la palabra—: Me hace el favor y sale de mi oficina. Fernando, en vez de molestarse por mis palabras, me mira de una forma burlesca que hace que mi cuerpo tiemble. Aprieto mis piernas para no caerme, mientras lo veo salir por la puerta de la oficina, con una sonrisa en su rostro. —Procura cambiar el decorado de esta oficina, ¿rosa? ¿De verdad? Imagino que no tienes quince años, ¿no? —dice antes de salir. Cuando cierra la puerta, logro respirar con normalidad, y confieso que mi cosita logra calmarse. «Dios mío que la madre superiora jamás sepa lo que pienso» Miro mi oficina con una sonrisa, y me doy cuenta de que todo es un poco infantil, pero no me juzguen, amo el color rosado, combinado con blanco, además, ¿Qué mujer no lo ama? Y pues, pensé que se vería bien mi oficina con esos dos colores, aunque según él, es de niña. Sonrío por sus palabras, para luego sentarme en mi escritorio; ser la gerente de una empresa tan grande me quita la mayor parte del tiempo, sobre todo ahora que voy a tener a mi "jefe" suspirando en mi nuca las veinticuatro horas. «Ojalá me suspire en otro lado» Niego con la cabeza por mis palabras, para luego meterme de lleno en mi computadora, que por cierto también es rosa, cuando escucho la puerta abrirse. Mi corazón se acelera al pensar que es de nuevo el amor de mi vida, pero luego me calmo al ver a Cloe caminar nerviosa en mi dirección. Se sienta en el sofá y me mira a la espera que le cuente algo. —¿Qué? —le digo con fastidio mientras comienzo a teclear algo en mi laptop. Ella se pone de pie con una sonrisa, y luego se sienta en mi escritorio. Cloe es la única que tiene está confianza conmigo, del resto a fuera de mi oficina soy una mujer de carácter fuerte, formal, y muy respetada, y sobre todo "santa" fui criada por monjas, ¿cómo no serlo? «Qué pecadora» —¿Es más guapo en persona, no es así? ¿Oliste su perfume? Huele divino, además, su ropa pegada al cuerpo, sus zapatos de calidad, el Rolex en su mano izquierda, ahss. ¿Detalló todo eso? —No me fijé nada de eso, Cloe, y creo que deberías ir a trabajar, ya ves lo malhumorado que es el nuevo jefe, y no quiero problemas. —¿Malhumorado? —se baja del escritorio y se cruza de brazos—. Malhumorada tú, el jefe Fernando es lo más hermoso que han visto mis ojos, es como un actor de película, —Subo una ceja al verla soñar despierta. —Ni me he fijado —miento. Ella entrecierra los ojos, y luego se acerca a mi tanto, que invade mi espacio personal y me dice: —¡¿Vas a decir que no te gusta Fernando?! Es el hombre más guapo y sexi que han visto mis ojos, además —se acerca a mi odio—:dicen por ahí que es adicto al sexo, y que tiene un club de mujeres para él. «Santa virgen del orgasmo» —Cloe, ¿quién dijo esas cosas? Deja de decir locuras y ve a tu oficina —le digo simulando molestia, pero ella no se inmuta. —Yo sería feliz, siendo una de ese club, te juro que me dejaría dar como cajón que no cierra por ese adonis de la belleza —abro los ojos como platos al escuchar a mi simpática secretaria. —¡Cloe, a tu oficina, ya! —le grito y ella sonríe para salir. Siento el calor llenar mi cuerpo. Las palabras de Cloe dejaron en mí una excitación horrible, ¿y cómo no? Si he soñado con el cuerpo de Fernando toda mi v ida, pero solo hay un problema, no quiero pertenecer al club, quiero que sea solo mío.
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Índice
Capítulo 1 Un empleado nuevo Capítulo 2 Que comience el juego Capítulo 3 Oficina de niña Capítulo 4 Sudor y mugre Capítulo 5 Lobo feroz Capítulo 6 Rebelde y malhumorada Capítulo 7 Carpeta roja Capítulo 8 Una mujer agitada Capítulo 9 Aparato vibrante appCapítulo 10 Autoplacer appCapítulo 11 Morir o suicidarme appCapítulo 12 Una noche en danico appCapítulo 13 Ola de calor appCapítulo 14 Secuestrada por mi jefe appCapítulo 15 Deseo, pasión y lujuria appCapítulo 16 Gata salvaje appCapítulo 17 ¿Eras vírgen o no? appCapítulo 18 Eloise appCapítulo 19 Un hombre controlador appCapítulo 20 Sexo virtual appCapítulo 21 Ojo por ojo diente por diente appCapítulo 22 Más viva qué nunca appCapítulo 23 Amo-sumisa-amo-sumiso appCapítulo 24 Cuarto rojo y negro appCapítulo 25 Momentos íntimos appCapítulo 26 Celosa appCapítulo 27 ¿Sugar daddy o sugar baby como? appCapítulo 28 Un rico masaje en la oficina appCapítulo 29 Número desconocido appCapítulo 30 Domando al italiano appCapítulo 31 Sumiso rebelde appCapítulo 32 Una decisión appCapítulo 33 Un tatuaje appCapítulo 34 Un golpe fuerte appCapítulo 35 Una fiesta fascinante appCapítulo 36 ¡Di que eres mía! appCapítulo 37 Será solo mío appCapítulo 38 Cómo un águila appCapítulo 39 Una demanda appCapítulo 40 Torre eiffel appCapítulo 41 ¿Juan el mecánico? appCapítulo 42 ¡No soy tu propiedad! appCapítulo 43 Una relación tóxica appCapítulo 44 Una decisión appCapítulo 45 No me dejes appCapítulo 46 Un viaje appCapítulo 47 Moscú appCapítulo 48 Un día de chicas appCapítulo 49 Una obra de arte appCapítulo 50 Un deseo incontrolable appCapítulo 51 Una noticia appCapítulo 52 Un corazón roto appCapítulo 53 Dejarlo ir appCapítulo 54 Desgracias appCapítulo 55 Un viaje a florida appCapítulo 56 Un enfrentamiento appCapítulo 57 Una decepción appCapítulo 58 Hombre no es gente appCapítulo 59 Una mirada oculta appCapítulo 60 Deseo incontrolable appCapítulo 61 Fiesta de inauguración appCapítulo 62 Fiesta de inauguración dos appCapítulo 63 Fiesta de inauguración tres appCapítulo 64 Una esperanza appCapítulo 65 Extra: una mujer caprichosa appCapítulo 66 Otro sueño cumplido appCapítulo 67 Éxtasis appCapítulo 68 Una visita no esperada appCapítulo 69 Una bonita declaración appCapítulo 70 Una noche inolvidable appCapítulo 71 Siempre te amé appCapítulo 72 Un pequeño latir appCapítulo 73 Una hermosa noticia appCapítulo 74 Un buen partido appCapítulo 75 Una mujer afortunada appCapítulo 76 Despedida de soltera de sam appCapítulo 77 Despedida de soltera de fernando appCapítulo 78 Boda roja pasión appCapítulo 79 Caliente luna de miel appCapítulo 80 De vuelta a italia appCapítulo 81 Sexo de los bebés appCapítulo 82 Nacimiento de los gemelos appCapítulo 83 Una mano para tocar las estrellas app
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