Capítulo 147
Narra Alondra Ferreyra
Y ahí estaba de rodillas y arrastrándome en el suelo, rogándole y suplicándole amor y un perdón al único hombre al que había amado en mi vida, a mi güero a mi David de María. Pero nada parecía funcionar, él estaba como poseído como fuera de sí mismo y no quería escucharme ni saber nada más de mí, siendo Carmen quién me levantó del piso, mis lágrimas no paraban y ya no sabía más que hacer.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread