Capítulo 27
Narra Alondra Ferreyra Pérez
Estaba que no me podía creer que David me había hecho un regalo cómo ese, ¿Dónde habían quedado los detalles simples? Pensaba para mis adentros cuando David, me besó suavemente recostándome en la cama, a lo que yo simplemente me dejé llevar por sus deliciosos, dulces y tiernos besos, que causaban en mí un estremecimiento total y absoluto, acompañado de sensaciones indescriptibles para mí.
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