Capítulo 87 Leía
Leía se adentraba con cautela en el bosque, cubierto por un denso manto de nieve que amortiguaba sus pasos. Los enormes pinos y robles parecían vigilantes silenciosos, ataviados con suaves tocados de escarcha que centelleaban con la tenue luz del atardecer. El aire gélido teñía sus mejillas de carmín e inflamaba su pecho con cada respiración.Un torrente de emociones en conflicto inundaba su mente. Su corazón aún saltaba desbocado y una tibia felicidad brotaba en su pecho al recordar cómo Enril la había defendido frente a esas crueles chicas rubias que solían burlarse de ella. Desde niña, los hirientes comentarios sobre su piel trigueña habían hecho mella en su autoestima. Que él finalmente la respaldara la llenaba de una profunda gratitud.
Seguía a Enril tímidamente, con miedo y esperanza al mismo tiempo por entre las ramas de los árboles de las cuales colgaban largas barbas de hielo, tintineando suavemente, como si fueran campanillas anunciando su presencia. Bajo la nieve asomaban traviesos brotes de vida, promesas susurrantes de la próxima primavera. Una brisa mística recorría el bosque, trayendo consigo copos de nieve que se posaban delicadamente sobre su oscura cabellera. Leía se sentía como una intrusa en aquel reino encantado, pero la creciente esperanza en su interior le daba valor para seguir adelante, tras los pasos del joven que tanto amaba.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread